Marimar Torres, fotografiada durante su visita a Mallorca en las terrazas del hotel Portals Hills. | Lola Olmo

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Marimar Torres, fundadora de la bodega que lleva su nombre ? Marimar Estate, en California ?, ha visitado la Isla para presentar personalmente sus vinos ante restauradores, enólogos, prensa especializada y amantes de los vinos de autor. Mallorca e Ibiza han sido dos destinos prioritarios en este viaje, puesto que en Balears los vinos de alta gama tienen un público consolidado.

Emprendedora que no se rinde ante los retos ?como demostró ya en 1975, cuando se instaló en EEUU con el objetivo de introducir en el mercado americano los vinos que viene elaborando en España la familia Torres desde hace tres siglos?, Marimar ha plantado parte de los viñedos que rodean su bodega con variedades de uva tan españolas como Tempranillo y Albariño, y a modo experimental, la Gadello, una uva típica de las DO Ribeira Sacra y Valdeorras, en Galicia.

Precisamente la segunda añada del Albariño de Marimar Estate, con una producción limitada de 450 cajas, fue uno de los vinos presentados en la cata celebrada este miércoles en el hotel Portals Hills. Sobre el por qué de elaborar un vino tan español como el Albariño casi a la orilla del Pacífico, Marimar Torres apela a labor de difusión de la cultura española que ejerce desde su bodega y el club gastronómico que creó en 2004: «En California, la conexión con España es muy fuerte, desde los vinos a la comida que servimos en los eventos y catas. La paella tiene siempre un gran éxito». Tanto es así, que ha escrito dos libros de cocina, The Spanish Table (1986) y otro centrado en Catalunya, su tierra natal, The catalan country kitchen (1992), traducido al castellano dos años más tarde.

Marimar Torres

En este encuentro con el público mallorquín se cataron además dos Chardonnay de 2014: La Masía, con barrica, y Acero, cuyo nombre indica la ausencia de madera para «mostrar en todo su esplendor la fruta que se cultiva en nuestros viñedos orgánicos, con un carácter propio aportado por el terruño y las condiciones climáticas del valle donde están plantados, Russian River-Green Valley», señala Torres.

De los tintos, se cataron tres Pinot Noir: La Masía 2012 y Mas Cavalls 2013, dos vinos elaborados con la misma uva procedente de cepas plantada a apenas 5 kilómetros de distancia entre sí, "y sin embargo resultan dos vinos muy distintos, debido a la mayor influencia que ejerce el océano sobre el segundo viñedo, el más cercano al mar", explica la experta en vinos.

El último vino catado fue la joya de la bodega, Cristina 2013, un Pinot Noir que lleva el nombre de su única hija, llamada a ser su sucesora. Este relevo generacional es especialmente gratificante para Marimar Torres, pues será el primero que se produce de madre a hija en una larga saga familiar de viticultores y bodegueros en la que las mujeres van dejando su huella en un mundo tradicionalmente dirigido por hombres.