El trabajo, publicado en la edición de este jueves de 'Nature Communications', sugiere que «comer con los ojos» está profundamente arraigado en la evolución.
«En los animales vertebrados, el comportamiento alimentario está regulado por una zona cerebral llamada hipotálamo. El centro de alimentación hipotalámico integra información sobre los requerimientos energéticos del cuerpo y la disponibilidad de alimentos ambientales. El pez cebra, como los humanos, usa sobre todo la visión para reconocer la comida o la presa. Pero se desconoce cómo el hipotálamo recibe información visual sobre la presa», señala el autor principal del estudio, el doctor Muto, de NIG.
«Primero demostramos que las neuronas en el hipotálamo responden a la vista de la presa. Entonces, buscamos neuronas en el sistema visual que respondieron a la presa y descubrimos neuronas detectoras de presas en un área llamado el pretectum. Además, hallamos una conexión neural directa que vincula las neuronas detectoras de presas con el centro de alimentación hipotalámico», agrega.
La clave de este descubrimiento ha sido el reciente progreso en el desarrollo y la mejora del muy sensible Y genéticamente codificado indicador de calcio GCaMP, que puede utilizarse para controlar la actividad neuronal en forma de señales de calcio. Otra tecnología importante es la capacidad de controlar las neuronas específicas en las que se expresa GCaMP, lo cual fue crítico para el registro de distintas señales de calcio de las neuronas identificables.
«Nuestro estudio demuestra cómo la percepción visual de los alimentos está ligada al comportamiento de alimentación motivacional en los animales vertebrados. Esto es un paso importante para entender cómo la alimentación está regulada y puede ser modulada en condiciones normales, así como en los trastornos de alimentación», dice el doctor Muto.
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