Estas nuevas inscripciones no fueron registradas previamente por ninguna expedición y son de gran importancia en la historia de los sistemas de escritura egipcios antiguos, según el egiptólogo John Coleman Darnell, profesor en el Departamento de Yale de lenguas y civilizaciones de Oriente Próximo en Yale, que codirige el Elkab Desert Survey Project.
«Este recién descubierto sitio de arte rupestre de El-Khawy conserva algunos de los signos más antiguos y más grandes de las etapas formativas de la escritura jeroglífica y proporciona pruebas de cómo los antiguos egipcios inventaron su sistema de escritura único», dice Darnell.
Los investigadores también descubrieron un grabado en roca que representa una manada de elefantes que fue tallada entre 4.000-3.500 años antes de Cristo. Uno de los elefantes tiene un elefante pequeño dentro de él que, según Darnell, «es una manera increíblemente rara de representar a un animal hembra embarazado».
Los arqueólogos también identificaron un panel de cuatro signos, creados alrededor de 3.250 antes de Cristo, y escrito de derecha a izquierda --la dirección dominante de la escritura en los textos egipcios posteriores-- que retrata imágenes de una cabeza de toro seguido por dos cigüeñas posadas espalda con espalda con un pájaro ibis calvo por encima y entre ellas.
La disposición de los símbolos es común en las representaciones egipcias posteriores del ciclo solar y con el concepto de luminosidad. «Estas imágenes pueden expresar el concepto de autoridad real sobre el cosmos ordenado», afirma Darnell.
Darnell indica que el equipo estaba «absolutamente asombrado» por el hallazgo debido a la inmensa cantidad de no sólo de escenas individuales, sino también elementos individuales.
«Este descubrimiento no es nuevo en el sentido de que no es la primera vez que alguien ha visto estos jeroglíficos; pero esta sí es la primera vez que alguien los ha visto en una escala tan masiva. Estos jeroglíficos individuales miden cada uno más de medio metro de altura, y el cuadro entero es de unos 70 centímetros de altura. Los signos encontrados anteriormente tenían sólo uno o dos centímetros de tamaño», señala Darnell.
El área donde los investigadores localizaron las inscripciones está en el interior norteño del desierto de Elkab. Esta zona, junto con Hierakonpolis, situada al otro lado del río y conocida como su ciudad gemela, eran centros muy importantes en el antiguo Egipto, dice Darnell, y demuestran que el sistema comunicativo en estas áreas no se limita a los pequeños tokens o etiquetas más comunes.
Darnell explica que estos descubrimientos revelan que no había un desarrollo lento de la escritura principalmente para el uso burocrático como se creía anteriormente, sino que la escritura jeroglífica estaba más geográficamente extendida y tópicamente diversa en aquel momento, o poco después de su desarrollo.
«Esto también sugiere que hay un uso mucho más expansivo del sistema de escritura temprana que lo indicado por otro material arqueológico sobreviviente», concluye Darnell.
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