Una de las piscinas en un ático de Can Barbarà. | M. À. Cañellas

TW
8

¿Se imaginan levantarse una calurosa mañana de verano, dar un pocos pasos y refrescarse en la piscina mientras se disfruta de unas magníficas vistas? Esta es la sensación que pueden experimentar las afortunadas personas que cuentan con una piscina propia en su vivienda.

Urbanizaciones con piscina hay muchas, pero son menos las que se encuentran en la azotea del edificio, y menos aún las que pertenecen a un solo propietario. Bernardino Seguí, arquitecto de profesión, tenía muy claro que cuando diseñó un edificio en la calle Jesús, él iba a quedarse con el ático y allí iba a construir una piscina.

Algo parecido ocurrió en el caso de Joaquín Izquierdo y su mujer, Gey Rabassa. «Llevé la obra de este edificio y cuando comprobé las vistas que podía tener me quedé con la última planta y tenía claro hacer una piscina», explica mientras se da un chapuzón junto a su mujer en su piso ubicado en La Bonanova y que cuenta con unas espectaculares vistas del mar desde Porto Pi hasta más allá de Illetes.

Contar con una piscina propia no es un lujo al alcance de todos y es difícil cuantificar cuánto aumenta el precio un piso. «Depende de muchos factores; entre ellos, las vistas, el material de la piscina, sus medidas, si está a la misma altura de la vivienda o hay que subir escaleras...», explica Maja von Büschau, de la inmobiliaria First Mallorca quien, en su cartera, oferta un dúplex en Bendinat con 220 metros construidos y otros 90 de terraza con piscina por 749.000 euros.

palma discreto piscina gey rabassa foto joan torres

Del portal al agua

Noticias relacionadas

La piscina más accesible que forma parte de este reportaje es la de un ciudadano sueco que no quiso dar su nombre, pero que no puso ningún impedimento para ser fotografiado en el interior de su piscina. Este hombre de negocios recientemente jubilado cuenta con un dúplex en una moderna finca de la zona de Can Barbarà. Desde el portal del edifico de tres alturas se puede acceder en ascensor al piso inferior de la vivienda o, sólo con una llave, directamente a la planta superior, donde hay una gran terraza con mesas, sillones y sofá, y la piscina.

Furor entre los hoteles del centro de Palma

En los últimos años ha habido una proliferación de hoteles de categoría en el centro antiguo de Palma y sus aledaños. Estos negocios se han ideado reformando edificios ya existentes y, si ha sido posible, la gran mayoría de ellos han apostado por tener una piscina en la azotea (rooftop en versión inglesa). Este servicio hace aumentar la categoría del hotel y, además, se une el hecho de que al estar en un lugar tan privilegiado de la ciudad es fácil que estas terrazas tengan unas vistas privilegiadas sobre la Catedral de Palma y el mar.

Una de las más espectaculares es la del hotel Nakar, ubicado en Jaime III. «Es un servicio muy apreciado por nuestros clientes porque las vistas son espectaculares», explica el director del establecimiento, Miguel Barceló. También la del hotel Es Baluard, que puede apreciarse en la imagen.

El éxito de estas terrazas hacen que muchas de ellas se abran al público en general para presenciar las puestas de sol e, incluso, se organizan fiestas y eventos. «La piscina es de uso exclusivo de los clientes, pero a las 19.30 la terraza se abre para el público en general, pero ya nadie se puede bañar. Antes teníamos música de DJ los fines de semana, pero gusta tanto a la gente que ya lo tenemos cada día», añade Barceló.