Imagen del artista Jan Fabre. | Redacción Cultura

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Un grupo de 20 trabajadores acusó al artista belga Jan Fabre de acoso sexual y «comportamientos sexistas e inapropiados» en el seno de su compañía de danza y teatro Troubleyn, según una carta abierta publicada en la revista de arte «Rekto:Verso», tal y como recogen este jueves medios locales. El artista ha expuesto sus obras en Palma en diversas ocasiones.

Un total de 20 personas, entre trabajadores antiguos, actuales y de prácticas, evocaron haber sufrido actos de «humillación e intimidación sexual» por parte del aclamado artista y dramaturgo, uno de los artistas belgas más reconocidos en los últimos años, tanto dentro como fuera de Bélgica.

Según los signatarios, los abusos tienen lugar desde hace por lo menos dos décadas y han causado un total de seis renuncias en los últimos dos años.

En la carta abierta, los trabajadores aludieron a presuntos «proyectos paralelos» en los que Fabre aprovechaba para acercarse sexualmente a sus artistas durante «sesiones fotográficas semisecretas», tras las cuales ofrecía «grandes sumas de dinero» en retribución, algo que además juzgan «controvertido dados los bajos salarios de Troubleyn y la no remuneración de sus becarios».

Además, aseguran que aquellos que lo rechazaban de alguna manera se exponían a papeles menos importantes y «castigos».

Asimismo, el manifiesto detalla diferentes casos en los que sus trabajadores sufrieron «abusos de poder directo» y humillaciones sexistas, y criticaron las declaraciones del artista sobre el movimiento «#MeToo» como causante de una ruptura del «vínculo secreto» entre director e intérpretes.

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De los 20 signatarios, algunos aseguran haber sido víctimas de los presuntos abusos y otros solo testigos.

El equipo de Fabre rechazó inmediatamente a través de ese mismo medio las acusaciones, asegurando que la «fuerte personalidad y estilo directo» del director no lo implican en casos de acoso sexual, y aluden al «consentimiento mutuo y respeto» como límite a la hora de realizar sus obras, «radicales», que aseguran llevan a veces a «lugares sensibles».

Asimismo, cuestionaron que los signatarios de la carta aseguraran no haber podido llevar esta cuestión a través de mecanismos oficiales, e invitaron a todas las partes implicadas a sostener un «debate directo y sereno».

Por su parte, la Auditoría de Trabajo de la Fiscalía de Amberes ha abierto este jueves una investigación a iniciativa propia sobre la base de las acusaciones de la carta, para esclarecer los hechos y determinar la existencia de posibles violaciones a la ley laboral, según confirmó a Efe un portavoz del Ministerio Público.

No obstante, el auditor de trabajo de Amberes, Pieter Wyckaert, aseguró a la agencia Belga que, de acuerdo con sus informaciones, no se había presentado ninguna denuncia al respecto hasta la fecha.

En una entrevista a la televisión pública VRT, el ministro flamenco de Cultura, Sven Gatz, dijo tomar muy en serio la denuncia y anunció que su Gobierno abrirá su propia investigación para esclarecer los hechos, según la agencia Belga, tras la cual desea desarrollar un plan de acción en colaboración con los sindicatos relacionados.

En cualquier caso, el ministro llamó a respetar la presunción de inocencia del artista.
Según explicó, la compañía de danza de Fabre recibe subsidios del Gobierno regional flamenco bajo condiciones que establecen que no se tolerarán comportamientos que perjudiquen los derechos de los trabajadores.