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Si estás incorporándote al mercado laboral, o has buscado trabajo en los últimos años, ya sabrás que es importante cuál sea tu bagaje profesional y tu historial académico, pero también es fundamental cómo lo presentes. El mercado laboral se especializa cada vez más y crece la competitividad entre candidatos con méritos y perfiles diversos y muy valiosos para las empresas. Aprender a exponer de manera clara, concisa y completa cuáles son tus puntos fuertes es fundamental. Aquí vamos a explicarte cómo redactar un currículum.

No se trata sólo de que acumules méritos y experiencia. Hay que saber comunicarlos, y aprender a destacar aquellos aspectos que son relevantes para cada puesto de trabajo. Así, a veces el éxito de una solicitud puede estar marcado por cómo presentes tus méritos y la información que ofrezcas. Incluso el formato elegido o el tipo de letra puede tener importancia.

Antes de nada, plantéate de qué forma puedes destacar tus puntos fuertes que sean, además, importantes para el trabajo. Enfatiza los rasgos de tu experiencia, formación o tus habilidades que se adapten a esa oferta. Un truco: la propia oferta suele contener unas palabras clave que dan una idea de qué está buscando la empresa.

Una vez dado este primer paso, decide qué orden conviene más a tu presentación. Hay tres criterios posibles: si lo que pretendes es conseguir trabajo en un sector en el que acumulas experiencia, opta por un criterio cronológico; si has pasado un tiempo sin actividad laboral, conviene que destaques cuáles son tus habilidades, y tu opción es elaborar un currículum funcional; si aspiras a un puesto que reoriente tu carrera hacia un nuevo sector laboral, puedes optar por una mezcla de ambos criterios. En todo caso, nunca dejes de tener en cuenta cuál es el puesto concreto al que aspiras, qué características son tu punto fuerte, y cuáles encajan en la oferta. Por eso, es esencial que antes te hayas informado concienzudamente de la empresa y su actividad.

El aspecto formal, como ya hemos comentado, también es importante. Intenta no abrumar al lector de tu currículum con datos irrelevantes: ofrece sólo la información necesaria, y hazlo de forma clara y ordenada. Quizá te convenga usar títulos, subtítulos y encabezados, muy útiles para estructurar la información. Por regla general, un currículum no debe ocupar más de una página, aunque obviamente esta regla tiene excepciones.

Empieza mostrando de forma clara quién eres y de qué manera pueden localizarte, por medio del encabezado. Por ejemplo, si redactas una pequeña introducción a tu perfil que sea atractiva puede que despiertes el interés de la persona encargada de revisar los currículums.

En la misma línea de facilitar la lectura, utiliza una presentación que haga fácil y atractiva la lectura. Por ejemplo: utiliza un tipo de letra sencillo y estándar y evita abusar de la negrita, la cursiva y los subrayados, porque utilizados en exceso cansan y abruman al lector. Ese primer vistazo puede hacer que el empleador siga leyendo o pase a otros candidatos.

Antes de entregarlo, repásalo. Un último vistazo puede hacerte corregir un matiz clave. Y por último, un consejo: ten siempre en mente que el objetivo del currículum no es acumular datos, sino mostrar que tú eres la persona que encaja en las necesidades de la empresa.