«Las medidas en los exámenes son cada vez más restrictivas y en los últimos 10 años podemos decir que la situación ha empeorado», sostienen desde FESPM, que considera que las restriciones al uso de la calculadora se han decidido de «forma arbitraria». «A veces, la última decisión sobre el uso de calculadoras en los exámenes de acceso la toma una persona propuesta por la universidad correspondiente y existe una discriminación en las normas de uso entre las distintas comunidades autónomas a pesar de que todas forman un único distrito», denuncia.
«Las matemáticas no consisten en hacer muchas operaciones, sino en saber qué operaciones hay que hacer, en qué orden, con qué objetivo y la calculadora contribuye a crear este pensamiento matemático. La calculadora, de hecho, es una herramienta didáctica que sirve para simplificar los cálculos, pero no tiene la capacidad de pensar», argumenta la FESPM en un comunicado.
Recomendado por el currículo oficial
La FESPM recuerda que el uso de la calculadora está recomendado por el currículo oficial, y afirma que algunos de los países con mejores calificaciones en el Informe PISA permiten usar calculadoras en el aula y en los exámenes.
«En nuestra opinión, resulta contradictorio y supone un grave perjuicio para profesores y alumnos impedirles la utilización y el aprovechamiento de las posibilidades que ofrece esta herramienta en las pruebas de acceso», expone la FESPM, que considera la calculadora como «un recurso indispensable que descarga al alumno de operaciones rutinarias» en el examen de selectividad. «Una prueba que no evalúa la competencia matemática que la sociedad del siglo XXI requiere», critica la federación.
«Podemos decidir si queremos avanzar para mejorar la calidad de la enseñanza de las matemáticas o si preferimos permanecer anclados en el pasado con una escuela obsoleta y anacrónica, que prepara a su alumnado para que sea capaz de superar una prueba que no ha variado en 40 años, ni en su contenido ni en el uso de las herramientas tecnológicas», cuestionan estos profesores de matemáticas.
Según la FESPM, en Finlandia, Noruega, Suecia y Dinamarca las calculadoras gráficas son necesarias en clase y en los exámenes finales, permitiéndose incluso las que disponen de cálculo algebraico. Los alumnos deben saber utilizarla y su manejo se considera una competencia evaluable.
Además, destaca la FESPM, en Portugal y Francia la calculadora gráfica se utiliza desde hace más de 10 años y en el currículum se exige saber su funcionamiento. En ambos países, en las pruebas de acceso a la universidad, es imprescindible para resolver parte del examen planteado. Italia es uno de los últimos países que ha dado el paso hacia un avance educativo permitiendo el uso de este recurso a sus estudiantes.
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