Entrevista a Nina Parrón, directora insular d'Igualtat.

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Desde el pasado día 11 y durante todo este mes, la Direcció Insular d'Igualtat pone en marcha la campaña «El 14 de febrer, regala igualtat». Por tercer año consecutivo, desde el Departament de Participació Ciutadana i Presidència «se quiere incentivar acciones pedagógicas para generar cambios en las actitudes de la población que permitenen avanzar hacia la erradicación de la violencia machista». Nina Parrón es la directora insular d'Igualtat y una de las protagonistas de la campaña.

En 2017 el lema fue ‘Desmontando San Valentín' y el año pasado ‘Querer no es controlar'. ¿Se ha desmontado algo en estos tres años?
—Es una de las cosas que más orgullosa estoy. El tema de los mitos del amor romántico no estaban en la agenda social. El primer año, casi me queman en la hoguera por bruja. Hubo tal escándalo que entró en el debate social y en estos dos años se ha popularizado más. Este año la gente nos está felicitando muchísimo. He introducido un debate necesario.

¿Cuáles son esos mitos del amor romántico?
—Uno de los mitos es la media naranja. No somos nunca una naranja entera. Otro es pensar que ‘el amor todo lo puede', y esto hace mucho daño a los jóvenes porque pueden conocer a un chico malote y pensar que el amor todo lo va a poder. O creer que porque sea celoso le quiere más, o que puede cambiar el objeto de su amor a base de darle amor. Están muy de moda los malotes y siempre hay una mujer que piensa que va a cambiar por amor a ella.

Hábleme de esta campaña
—Estas campañas pretenden mostrar que estas relaciones son tóxicas. Nosotros decimos que ‘Si duele, no es amor'. Este amor tóxico no es igualitario. Hay que abogar por unas relaciones sanas que no tienen por qué no ser románticas. En San Valentín sería ir demasiado contracorriente oponerse al consumo, pero pensamos que los regalos deben ir acompañados de un cambio de actitudes. La campaña la protagonizan tres mujeres que abogan por algunos cambios. ‘Regalos?, sí, pero no me mires el móvil', por ejemplo.

¿Es difícil luchar contra los tópicos?
—Sí, mucho. Hay canciones, películas... que alimentan ideas como que todo lo arregla el amor, que existe el príncipe azul...Estos mensajes entran muy fácil y alimentan unos tópicos que se van actualizando. La industria de la música y del cine debería pensar qué mensajes está dando a la juventud.

¿Qué opina del 14 de febrero?
—A nivel personal, me parece una tontería. Nosotros utilizamos San Valentín para hablar de violencia de género. Es una iniciativa que proviene de un movimiento mundial: One billion rising revolution, que el Día de los Enamorados' quiere recordar que una de cada tres mujeres sufrirán la violencia en algún momento por parte de sus parejas. Yo creo en el amor, lo celebro muchos días al año, pero esto es un montaje».

¿Tiene los días contados?
—No, porque es un negocio, como el Día del Libro, las navidades o el Black Friday.

El amor romántico, ¿puede ser igualitario?
—Sí, claro. Lo que es irreal es el romanticismo de Walt Disney, que es irreal y genera frustraciones porque plantea unas relaciones muy ideales. El amor más adulto es otra cosa. Aceptar a una persona como es, sin querer cambiarla. Se llegan a consensos. Pero en los mitos del amor romántico no hay negociaciones. Se piensa que todo lo arregla el amor. No se aprende a gestionar la frustración y llega la violencia. Se trataría de alentar otras cosas. El romanticismo mentiroso hace mucho daño, nos están vendiendo algo que es mentiroso.