Así lo advierte la organización, que considera que podría tratarse de una presunta estafa en la comercialización de los dos productos ya que ninguno son medicamentos autorizados ni productos sanitarios legalmente certificados.
Por ello, según informa en un comunicado, ha denunciado ambos casos a la Policía y ante la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) para que investiguen a los responsables de su comercialización y les impongan, si procede, las sanciones oportunas.
La OCU recuerda la normativa que obliga a que cualquier producto con pretendida finalidad sanitaria cumpla los requisitos y esté sujeto a las autorizaciones o controles establecidos en la Ley general de Sanidad, la Ley del Medicamento y las disposiciones que las desarrollan, «algo que ninguno de estos dos productos ha cumplido hasta la fecha».
Además, la ley prohíbe cualquier clase de publicidad o promoción de productos que atribuyan efectos preventivos o terapéuticos específicos que no estén respaldados por suficientes pruebas técnicas o científicas acreditadas y expresamente reconocidas por la administración sanitaria del Estado.
La OCU ha detectado, además, que las web donde se publicitan no cumplen los requisitos mínimos, ya que no aparece titular, política de privacidad, términos y condiciones ni datos de contacto, lo que hace sospechar de la poca fiabilidad tanto de los productos como de los fabricantes y proveedores de los mismos.
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