La DGT advierte que por cada 30 centímetros de profundidad en una riada, la fuerza sobre el vehículo se incrementa en 225 kilos. Además, por cada 30 centímetros de altura, el peso del coche se vería reducido en 700 kilos. Debido a esto, advierte de que con una corriente de agua a 10 ó 20 kilómetros por hora y una profundidad de 60 centímetros la mayoría de vehículos serían arrastrados.
En caso de que el agua arrastre nuestro vehículo, la DGT recomienda abandonarlo y que, en caso de que no pueda abrirse la puerta, salgan por la ventanilla contraria a la corriente.
Por tanto, ante una riada aconseja que no cruce si desconoce el terreno, busque una vía alternativa o solicite información al 112.
También que, aunque conozca el terreno, la avenida ha podido cambiar sus condiciones debido a desprendimientos o árboles arrastrados que se han quedado cruzados en la vía.
En el caso de no poder abrir la puerta, aconseja que se abra la ventanilla hasta que se iguale la presión del interior con la exterior. Otra opción es salir por la ventanilla del coche.
Para ello, si no baja el cristal hay que romperlo con un objeto punzante. El parabrisas laminado no se rompe.
Finalmente, aconseja que nunca nade contra la corriente, sino a favor de ella, aunque, eso sí, buscando aproximarse a la orilla, a un árbol o una casa.
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