Lo mejor para poder observar una lluvia de estrellas es situarse en un lugar al reparo de la contaminación lumínica. | Agencias

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Como cada año, llega la primera lluvia de estrellas del otoño, las dracónicas. Los restos desprendidos del cometa 21P/Giacobini-Zinner podrán verse desde este domingo por la noche cuando penetren en la atmósfera en forma de estrellas fugaces.

Las dracónidas, podrán observarse del 6 al 10 de este mes, aunque el día de mayor visibilidad se será el próximo martes, cuando se prevé que los cielos estén poco nubosos o despejados en casi todo el país, con la excepción de Galicia y el Cantábrico, donde podría llover.

Las lluvias de estrellas se producen cuando la traza de partículas de polvo y rocas que dejan los cometas en su órbita alrededor del Sol entran en la atmósfera de la Tierra y se volatilizan produciendo un efecto luminoso: los meteoros.

En ese caso son los restos procedentes de 21P/Giacobini-Zinner, que cada seis años y medio, aproximadamente, completa una órbita alrededor del Sol.

En su recorrido deja una estela de polvo que con el tiempo forma una red de filamentos con los que la Tierra se encuentra todos los años a principios de octubre.

El nombre de dracónidas procede de la constelación de Draco, donde está el origen de sus trayectoria, aunque también se las conoce como giacobínidas, debido a Michel Giacobini (1873-1938), astrónomo francés, descubridor de su cometa.

Este otoño traerá otras dos lluvias de estrellas. La de las leónidas, cuyo máximo se dará hacia el 17 de noviembre y la de las gemínidas, que es la más intensa y que alcanzará su punto máximo hacia el 14 de diciembre.

Lo mejor para poder observar una lluvia de estrellas es situarse en un lugar al reparo de la contaminación lumínica, desde el que se pueda ver una buena porción del cielo y mirar sin telescopio ni binoculares, los cuales disminuyen en campo visual. Además hay que tener en cuenta las temperaturas nocturnas por si es necesaria ropa de abrigo.