«A ver, vamos a aclarar una cosa. Yo nunca trabajé con Miquel Pujol (Miquel d’es forn de sa Pelletería)». Así comienza el encuentro con María Martínez, todo un torbellino en el horno de la panadería La Hogaza, situada en la calle Socors, cuyos cremadillos transportan a la calle Pelleteria. Y mientras María sigue entrando y sacando bandejas del horno de este hojaldre relleno de crema o chocolate, explica la confusión. «Yo era su clienta. Y cuando se jubiló, le dije que dónde iba a comer unos cremadillos tan buenos. Y me contestó. «Pues hazlos tú. Yo ya había abierto este local y durante año y medio me estuvo enseñando antes de jubilarse, pero nunca trabajé en su panadería».
La alumna más aventajada
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1 comentario
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He estado allí y esta todo exquisito, enhorabuena, es una mujer encantadora emprendedora y de carácter que habla claro...Mi admiración!!