Felip Munar con su llaüt navegable por radiocontrol en Cala Gamba. | Gabriel Alomar

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El amor por el mar y la navegación se expresa a pequeña escala a través del modelismo naval, una técnica artesana que en miniatura reproduce a la perfección las formas y detalles de las embarcaciones que toma como modelo. Se trata de una afición particularmente extendida y que en Mallorca cobra especial significación por su contenido histórico y cultural.

Felip Munar expuso recientemente en el Club Nàutic de Cala Gamba una muestra de sus maquetas, con motivo de la Diada de Vela Llatina. Allí los visitantes pudieron ver un clásico pailebote, una barca de bou, una elegante lancha y un buque de investigación. «Desde 2006 he construido unas 30 embarcaciones de distinto tipo, el 90 por ciento a partir de planos originales», indica Munar, quien advierte que esta opción es, en su opinión, más creativa que la más extendida del kit, que también practica. «No sólo consiste en montar una embarcación, sino también introducirte en su historia y en su valor cultural», recalca.

Así, aunque especializado en embarcaciones tradicionales de Mallorca, como el llaüt, la pastera, el bot o el gussi, Munar también ha reproducido el Calypso del comandante Cousteau, lanchas de leyenda como la Riva Aquarama o la Ferrari Arno XI. Este modelo y también un llaüt de grandes dimensiones son navegables y guiados por radiocontrol.

«En mi época de estudiante se me daban bien los trabajos manuales y Mestre Guillem del Molinar también fue un buen maestro. Un día, paseando por el Parc de la Mar, vi algunas personas botando sus modelos en el estanque. Fue entonces cuando empecé a dedicarme al modelismo de radiocontrol». Por ello sus maquetas van provistas de motor, servo y emisora.

Visitamos su taller particular donde también han cobrado forma un gran remolcador oceánico, un acorazado, un submarino y hasta un vapor del Misisipi. Y ahora tiene en proyecto construir el galeón La Perla Negra. El montaje puede durar hasta tres meses a razón de dos horas diarias de trabajo. El tiempo es lo de menos, para un modelista lo que cuenta es la reproducción fidedigna y la creatividad de cada uno.