En la cárcel por reincidente
Mangote, que es un tipo muy franco, y que ha hecho muchas cosas en su vida, reconoce que pasó algunos meses en la cárcel, «por conducir sin carné –aclara–. Me pillaron tantas veces sin él que terminé en la cárcel. Y es que, ¿sabe?, necesitaba el coche para trabajar y dar de comer a mis hijos –tiene seis, nos dice–. Por eso conducía. Pero, ¿sabe lo que más me ha fastidiado? Pues no me ha fastidiado estar en la cárcel, un lugar en el que nadie quiere estar… Me ha fastidiado estar en la cárcel para pagar una pena, pero cuando sales, con la pena pagada, te quedan antecedentes, lo cual es un problema. Porque nadie quiere dar trabajo a quien tenga antecedentes penales. ¿No dicen que la cárcel rehabilita…? Pues si uno sale rehabilitado, ¿por qué llevar contigo los antecedentes. ¿No has pagado ya tu culpa…? Pasa que la cárcel, por mucho que digan lo contrario, que si rehabilita, que si recupera a la persona, te marca para siempre. O para mucho tiempo».
En su estancia en prisión, que fue corta, solo duró unos meses, no le sucedió nada malo. «Yo iba a lo mío, a que pasara el tiempo y a no meterme en problemas… Aunque, realmente, los que suelen tenerlos son los llamados ‘piolines', es decir, los violadores, maltratadores, pederastas… Yo coincidí con uno que era africano y que le llamaban ‘el violador del Luis Sitjar', y un día, a la hora de comer, le echamos de la mesa. Porque a ese no le querían ni los propios africanos…».
«Solo nos quieren para la foto»
Manuel es el presidente de la Asociación de Integración del Pueblo Gitano. Gracias a ese cargo, le hemos visto hacerse fotos con el alcalde de Palma colocando la bandera gitana en el balcón de Cort. «Los políticos solo nos quieren para eso, para las fotos. Para nada más. Porque les pides algo, ¡y ni caso! Porque nosotros ¡sí que estamos marginados! Con Franco, primero, y ahora con estos, que ayudan a cualquiera, menos a nosotros. Si un político, fuera cual fuere su color, apoyara a los gitanos, como somos tantos, ganaba las elecciones de calle. ¡Seguro! Pasa que solo se acuerdan de nosotros para hacerse una foto diciéndonos que nos apoyan. Pero eso lo dicen un día y luego no lo hacen. Además… –hace un pausa para manipular su móvil buscando algo. Cuando lo encuentra, lo deposita sobre la mesa, junto a su taza… Vemos que es un escrito… ¿Una carta?– Vamos a ver, cada verano, desde hace varios años, los Reyes organizan un encuentro con personas de la sociedad mallorquina, al que ha ido todo el mundo… ¡Menos nosotros, los gitanos! Han ido políticos, banqueros, músicos, gays, empresarios, artistas, extranjeros… Todos, menos los gitanos y… ¿a qué no sabe lo que hice viendo que a nosotros no nos invitaban…? Pues, como presidente de la Asociación de Integración del Pueblo Gitano que soy, hice gestiones y cuando conseguí la dirección –con el pulgar golpea el cristal de la pantalla del móvil–: Secretaría de Protocolo, Casa de Su Majestad el Rey, Palacio de la Zarzuela, 28071 Madrid, a principios del mes de abril del año 2016, o sea, ¡con tiempo, eh! –enfatiza–, le mandé un email preguntando que por qué no nos invitaban a la recepción de cada verano, ¿y sabe qué nos contestó el secretario…? Pues contestó que: «Acuso recibo y agradezco su atento correo electrónico de fecha de seis de abril, con el que tiene la amabilidad de solicitar una invitación para asistir a la recepción ofrecida por Sus Majestades Los Reyes en el Palacio de la Almudaina de Palma de Mallorca para el próximo mes de agosto. En este sentido me place comunicarle que hemos tomado buena nota de su solicitud por si surgiese la posibilidad, en un futuro, de poder atenderla. Aprovecho la ocasión para enviarle un cordial saludo. Alfredo Martínez Serrano».
«Pues bien –apunta Manuel–, hasta la fecha, ¡nada de nada! Vamos, que con los gitanos los Reyes no cuentan. Y si no, ahí tiene la carta. Desde entonces a hoy ha habido cuatro recepciones, y a nosotros nos han dejado siempre fuera. Está claro que sobramos, que no nos quieren ver, que no cuentan con nosotros… ¿Acaso Su Majestad cree que le vamos a robar si nos invita a la recepción?».
Petanca
Al final del encuentro, cuando ya estamos a punto de despedirnos, Manuel Alameda nos muestra la pista de petanca que tenemos enfrente. «Ahí juega gente mayor, y cuando no juegan ellos, lo hacen los críos de la barriada. Pues según nos han dicho, ahora el Ajuntament de Palma la quiere convertir en parking de coches, y a los vecinos que disfrutaban de ese espacio, que les den. ¿Es eso justo?».