Las participantes, en el centro Dojo Tsugaku, en Palma, donde aprenden golpes básicos y técnicas defensivas, entre otras actividades. | Teresa Ayuga

TW
1

Lo mejor para una mujer que entra en un ascensor con una persona de la que desconfía es colocarse ante los botones que señalan los números de pisos (panel de control) y no darle la espalda. Si la cosa va a mayores y surge una situación complicada, la defensa ya la sabe: ir directa a los puntos más débiles, como los ojos o la garganta; en este caso, con un golpe seco.

Es una de las enseñanzas de Félix Rodríguez, instructor en defensa personal y en aikido, y miembro de la Comisión Autonómica de Defensa Personal de la Federación Balear de Judo, en los cursos que dirige destinados a mujeres. Comenzaron este mes y los lleva realizando desde hace seis años. El objetivo es lograr salir de manera exitosa de una situación en la que peligra la integridad física debido a las acciones de uno o varios atacantes.

Sandra lleva más de un año aprendiendo con Félix. «Primero, me apunté a un curso para mujeres de 10 horas y aprendí muchísimo. Yo vivía en El Terreno y me daba cierta inseguridad. Con este curso voy ganando en seguridad, aunque el camino es largo. Lo más complicado al comenzar es la coordinación (colocar la pierna, girar, manos frente a la cara, patada…)», afirma. Son las 11.30 y las cerca de 15 mujeres apuntadas al primer curso hacen un descanso. Antes, han estado escuchando consejos tan importantes como mantener la distancia ante una persona que se pone agresiva, no darle la espalda, evitar el conflicto o verbalizar lo que uno quiere (que te dejen en paz, por ejemplo). Tras el descanso, aprenderán qué hacer si alguien les agrede (salir de la línea de ataque).

Ta031020001-06.jpg
Félix Rodríguez imparte estos cursos desde hace seis años.

La práctica la realizan sobre tatami (sin calzado o con calcetines) y es recomendable llevar solo ropa cómoda (sin cremalleras, hebillas o botones grandes). La próxima sesión será los días 17 y 31 de octubre, 14 de noviembre y 12 de diciembre en el centro marcial y deportivo Dojo Tsugaku. «Lo que más les cuesta es todo lo referido a nivel técnico. También, darse cuenta de que hay cosas que no dependen de la fuerza. Es importante saber controlar el propio estrés que genera una situación. Cuando van ganando confianza, son capaces de superar ese miedo. Es difícil saber analizar qué tipo de ataque se está produciendo. Al final, se dan cuenta de que hay cosas muy efectivas independientemente de la corpulencia», afirma Félix Rodríguez.

Hoy es el primer día de Rosana. «Personalmente no me siento insegura, pero si te encuentras en una situación complicada es mejor no quedarse en blanco», afirma. Cristina y Eva empezaron a tener contacto con situaciones de riesgo por su trabajo. «Estamos aquí para saber reaccionar. Lo más complicado es coordinarlo todo, poner bien el pie, el talón, la palma de la mano... Es como cuando conduces. Tienes que pensar muchas cosas a la vez y luego todo lo interiorizas».