Por fortuna, ambos han logrado ganar la batalla y pueden seguir riéndose y disfrutando. Además, este jueves charlaron y compartieron sus experiencias en la sección Que siga el baile, de Radio Marca.
El humorista echó la vista atrás para describir cómo el linfoma de Hodgkin le había cambiado la vida y es que, desde que le fue diagnosticado, solo se alegra de poder vivir cada momento. «Un año antes de cumplir los 40 ya estaba pensando en la edad y todo lo que no había hecho, pero después de pasar una pandemia, un cáncer y mil historias más, cumplir 40 años fue de las cosas más bonitas que me han pasado», explicó a la audiencia.
Tras esta declaración, Rovira hizo un guiño a Carbonero, que ha pasado por una situación similar: «Cuando te pasa una enfermedad como la nuestra, y tú sabrás de lo que hablo, Sara, antes de que te pase nos creemos inmortales y que las balas le llegan a otros. Y cuando te llega a ti, más allá del mejunje de emociones, es una cura de humildad terrible».
En estos momentos tan duros resulta imprescindible contar con el apoyo de la gente que te quiere, que te recuerdan, según explicó Sara, que «rendirse no es una opción».
Recibir el cariño de los que te rodean es algo normal, una opinión en la que ambos coincidieron. Como prueba de ello, explicó Rovira, era el equipo de las películas Mediterráneo y 100 metros, cuyo director, Mercel Barrena, estuvo siempre muy pendiente de que él estuviera lo mejor posible durante el rodaje.
Otra persona de la que el malagueño también recibió un chute de energía fue Daniel Écija, quien le propuso un nuevo proyecto para cuando se recuperase y con el que, ahora, triunfan en la pequeña pantalla: La noche D. «Poder currar con Dani Écija para mí era un sueño, hemos conectado muy bien. Mucha gente me dice que si no tengo miedo porque un programa así es muy arriesgado, pero creo que se abarata mucho la palabra miedo, hay que usar el miedo para las cosas importantes. Yo me lo estoy pasando muy bien», comentó el humorista.
Los mensajes que se han dedicado en sus redes sociales demuestran lo cómodos que ambos se sintieron durante la charla. Sara Carbonero destacó que Rovira tiene «los pies en el suelo, la alegría moderada, su talento es infinito y por eso se cuela por todos los rincones».
Por su parte, el andaluz se deshizo en halagos hacia la manchega: «Gracias por tus palabras y por el cariño y el trabajo que le has puesto a la entrevista. Qué bien me lo he pasado con vosotros y qué cortito se me ha hecho. Gracias por acogerme en vuestras ondas y por haberme hecho sentir como en casa. Te admiro, amiga».
1 comentario
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no comparemos cánceres, que el de rovira era un linfoma no hopkins, y esos se curan. por otro lado, ¿a qué viene tanto despreciar al odio, una de las pasiones más nobles y hermosas que disfrutar puede un ser humano?