María Fuentes, voluntaria de la asociación ‘Animales con un nuevo rumbo’, junto a tres perros que han tenido su segunda oportunidad. FOTO:PERE BOTA | Pere Bota
Alguien dijo que el mundo se divide entre quienes aman a los animales y el resto. Puede sonar reduccionista, pero algo de eso hay. María Fuentes forma parte de ese núcleo vivo de personas que no concibe la vida sin un animal. De hecho, aunque no lo reconozca, apuesten a que uno de sus días más felices fue cuando su mascota la adoptó. Porque son ellos quienes nos adoptan. Si comparte su vida con un perro lo entenderá. Esta risueña madrileña establecida en Palma, sabe que los perros llevan en su código genético el sentido del equilibrio, son los guardianes de la vida que los rodea y los sustenta, y jamás, por nada del mundo, te fallarán. Y ese es un contrato de por vida.
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El sentido común y el bienestar de los canes piden que no se encierre un gran perro en un apartamento.