Imagen de una 'pinya' cerrada. La base del 'castell' apuntala toda la estructura y hace las veces de colchón de seguridad en caso de caída. | Reuters

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Un grupo interdisciplinar de científicos a nivel internacional trabajan de la mano para mejorar la seguridad de los castells, una actividad totalmente paralizada por la pandemia de coronavirus que en esta primavera vuelve a retomarse de forma tímida y contenida, de momento solo en Cataluña, ya que no consta un regreso a los ensayos por parte de las colles de Mallorca ni siquiera en grupos reducidos, como ya han emprendido algunas agrupaciones del Principat.

La seguridad es una materia que ha obsesionado desde hace mucho tiempo al grueso del món casteller, y ahora las mentes creativas ya se han puesto manos a la obra. En concreto, matemáticos e ingenieros estudian la forma más segura de levantar estas construcciones humanas.

Se trata de un proyecto que encabeza la Universitat de Girona, y cuenta con la colaboración de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), el Centre de Recerca Matemàtica, la Universidad de Lisboa (Portugal) y la Universidad de Warwick (Reino Unido).

TARRAGONA - XXV concurso de castells de Tarragona.
Cuando el castell fa llenya la pinya soporta la mayor parte del impacto, evitando lesiones de gravedad. Foto: Reuters.

En este sentido, los equipos de los distintos centros de investigación trabajan para determinar el área necesaria que debe ocupar la pinya, la base del castell cuya función primordial es garantizar la seguridad de los castellers, evitando que en caso de colapso de la estructura estos salgan rebotados y se golpeen contra el suelo.

El proyecto, en colaboración con la Coordinadora de Colles Castelleres de Catalunya (CCCC), busca entender los factores mecánicos que permiten construir y mantener un castell y los motivos que provocan sus caídas, así como analizar cuándo y dónde caen los castellers cuando la estructura se rompe.

Esta información debe crear un modelo matemático que alimente un «sistema virtual de caídas» que, finalmente, arrojará la probabilidad de impacto.

El trabajo científico se originó en el 158 European Study Group with Industry, que se celebró en 2020 en Bellaterra (Barcelona), un encuentro en el que matemáticos y científicos trabajan en problemas aplicados de relevancia industrial o social.