Montero articula su explicación como una especie de alegato feminista, y lo acompaña de una imagen en la que ella misma encabeza una manifestación con las otros dos principales líderes de Podemos, Ione Belarra y Yolanda Díaz. Como ser autónomo y consciente Montero decide en este punto hablar para defenderse, a sí misma y a los suyos. Parece que la última gota ha colmado el vaso y es lo único que explica su cambio de actitud.
«Inevitablemente pasa que cuando la cloaca miente sobre tu pareja incluso cuando ya ha dejado la política, cuando difunde intencionadamente bulos, cuando te acosan judicialmente, cuando te persiguen en tu casa, en tus vacaciones, a tus hijos, tu familia se preocupa. Tus amigos y amigas se preocupan. Tu gente se preocupa».
La tesis de la ministra indica que esta estrategia, según ella orquestada, obedece a una única finalidad: «Quieren que no nos merezca la pena luchar y hacer lo que hacemos. Ni a nosotros ni a la gente que queremos y nos quiere. Y avisaros a todos y todas: no os metáis en política, porque si lo hacéis bien esto es lo que os espera».
Pese a todo Montero dice no rendirse, en gran medida gracias al apoyo que obtiene de sus partidarios y simpatizantes.
«Menos mal que tenemos entre nosotras tanto feminismo. Que nos tenemos las unas a los otros», sentencia.