El carácter de un pueblo se gesta a lo largo de los siglos. Todo aquello que lo conforma –tradiciones, costumbres y rituales– constituye el folklore, «lo més nostre. La nostra gent ho duia dins el moll del ossos. I per això, a pesar de tantes coses adverses, encara s'aguanta». De este modo inició el franciscano Rafel Ginard su recopilación de anotaciones de los usos y costumbres de la Isla, compilados en siete cuadernos manuscritos entre 1951 y 1958, y que ahora es publicada por la Fundació Mallorca Literària, en coedición con Saïm Ediciones, en una colección de cuatro volúmenes que corresponden a las estaciones del año.
«En Mallorca no existía ningún calendario de costumbres. Es una recopilación realizada día a día, antes del cambio socioeconómico de Balears y que completa la labor de folklorista del pare Ginard, conocido sobre todo por su obra magna, el Cançoner Popular de Mallorca», explica Joana M. Serra, coordinadora de un proyecto de largo alcance que concluirá con una última publicación en 2023.
Investigación
Los cuadernos fueron hallados en la Porciúncula de s'Arenal, sede de los franciscanos en Mallorca, cuando en 2014 la Fundació Mallorca Literària comenzó a catalogar y digitalizar el fondo documental de Ginard. «Enseguida vimos que se trataba de un material muy jugoso, inédito y desconocido. Además, Ginard dejó anotadas observaciones de cómo deseaba que fuese publicado», afirma Serra.
En este segundo volumen se reúnen contenidos relacionados con el verano, época de muchísima actividad en el campo, y que además destaca por concentrar numerosas fechas del santoral litúrgico de vilas y pueblos de la Isla, con sus respectivas fiestas, que muestran la importancia otorgada por Ginard al acto lúdico como elemento rompedor del monótono ciclo del calendario agrícola.
Doble vertiente
Estos volúmenes tienen un doble objetivo: pretenden ser un costumario que estén al alcance tanto del público general como de la investigación especializada. «Nuestra función ha sido reconvertir las libretas, notas a pie de campo y que transcritas sumaban más de 1.600 folios, en una estructura coherente y atractiva para el lector general. Asimismo, los textos de Ginard contaban con un léxico muy rico, desconocido en la actualidad, además de numerosas referencias cultas. Por ello hemos diseñado un aparato de notas a pie de página para hacer más comprensible la lectura», afirma el historiador Andreu Ramis, curador del texto junto al filólogo Miquel Sbert.
La edición es muy rigurosa, aunque se ha hecho hincapié en el apartado estético. Las 95 ilustraciones que acompañan y embellecen el diseño del volumen son del dibujante Toni Galmés. Realizadas en tinta china y acuarela, los tonos amarillos de las ilustraciones trasladan al lector a los veranos del pasado: «En Mallorca hay una tradición de ilustrar el folklore de esta manera, como en el Aplec de Rondaies Mallorquines d'en Jordi des Recó. El lector encontrará ilustraciones de todo tipo: humorísticas, referenciales y bucólicas. Lo más importante es que Ginard recopiló toda esta información en los años 50; yo he intentado que los personajes sean algo anacrónicos, que no fuesen ilustraciones antiguas sino con un estilo moderno», explicó Galmés, que se encargará de ilustrar los dos tomos restantes, el de invierno y el de primavera.
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