Aunque los primeros registros de las Perseidas datan del año 36, no fue hasta 1835 cuando el astrónomo belga Adolphe Quetelet identificó el radiante de esta lluvia de meteoros (el punto del cielo en el que parecen nacer) en la constelación de Perseo, de la que reciben su nombre, ha informado el IAC. Las Lágrimas de San Lorenzo son una lluvia de estrellas originada en la nube de polvo y rocas que el cometa Swift-Tuttle ha dejado a su paso en cada una de sus órbitas alrededor del Sol.
Swift-Tuttle, que orbita al Sol cada 130 años, aproximadamente, fue descubierto en 1862 y actualmente es el mayor objeto que se acerca de forma periódica a la Tierra, con un tamaño de alrededor de 26 km de diámetro. Cada año la Tierra atraviesa por estas fechas el rastro del cometa, y cuando las pequeñas partículas que se desprendieron de él rozan la atmósfera de la Tierra se producen los trazos luminosos que conocemos como «estrellas fugaces».
Son pequeñas partículas de polvo de distintos tamaños, algunas menores que granos de arena, que se desprenden de los cometas o asteroides a lo largo de sus órbitas alrededor del Sol. La nube de partículas resultante (meteoroides), debido al «deshielo» producido por el calor solar, se dispersa por la órbita del cometa y es atravesada por La Tierra en su recorrido anual alrededor del Sol. Cuando estas partículas entran a altísima velocidad en la atmósfera de la Tierra, se desintegran y acaban emitiendo esa traza luminosa.
Para ver las perseidas no es necesario ningún instrumento óptico como telescopios o prismáticos. Lo recomendable, eso sí, es desplazarnos a un lugar oscuro y en el que existan pocos obstáculos como edificios, árboles o montañas. Para encontrar las zonas con menos contaminación lumínica es recomendable usar la aplicación Light Pollution Mapun mapa interactivo que nos permite comprobar qué zonas están más contaminadas lumínicamente y en cuáles se puede disfrutar de la noche estrellada.
Aún así, estas son nuestras recomendaciones:
■ El Cap de Formentor tiene unas vistas despejadas en las que será posible disfrutar de la lluvia de estrellas siempre y cuando el cielo esté despejado.
■ La Serra de Tramuntana es otro escenario perfecto para el avistamiento de la exhibición de luces. Esta es otra buena opción para evitar la contaminación lumínica y poder así otear la lluvia de estrellas sin ningún impedimento.
■ Platja des Carbó. Para llegar a es Carbó hay que hacer una paseo pero si es para ver las Perseidas merece la pena. Desde esta playa, al estar alejada de cualquier núcleo urbano, se podrá ver sin ningún tipo de problemas. Además, refrescarse en el agua es un factor a tener en cuenta, ya que en otros sitios no se puede hacer.
■ Desde Lluc o los embalses del Gorg Blau y Cúber también pueden observarse bien.
■ Na Burguesa. Subir a Na Burguesa es una de las opciones para aquellos que no quieran alejarse de Palma. Aunque puede que haya demasiada contaminación lumínica para verlas a la perfección, al ser un lugar elevado podrán disfrutar de la lluvia de estrellas.
■ El Castell de Bellver es uno de los lugares en los que mejor observar las perseidas sin necesidad de salir de Palma.
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