El popular cocinero Karlos Arguiñano, publica el recetario "La cocina de tu vida". | J. J. Monerri

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El popular chef Karlos Arguiñano dice que se le «hace raro» que el Ministerio de Consumo haya editado un recetario «estando en un país cuya gastronomía es puntera en el mundo y hay cocineros y cocineras suficientes como para orientar» en cuestiones de alimentación. Piensa que si el departamento de Alberto Garzón ha decidido lanzar de este libro de recetas, titulado «Comida rápida, barata y saludable» y elaborado por la nutricionista Marián García, conocida como Boticaria García, es porque «estarán preocupados».

Él también lo está, especialmente con la obesidad infantil, afirma en una entrevista con EFE ante la presentación este viernes, en el plató de la localidad guipuzcoana de Aia donde graba su programa televisivo, de «La cocina de tu vida», un volumen con 950 recetas «fáciles, rápidas y saludables». «Me preocupa la obesidad infantil casi lo que más porque en un país mediterráneo, con cocina sana y natural, de pronto estamos tirándonos al cocinado y precocinado que siempre dan más problemas en ese sentido», precisa.
Añade que esa es la razón por la que cada día en su programa «insiste» en recordar a los padres «que se preocupen de la alimentación de los niños».

«Como broma, también diría que si ellos (los responsables del Gobierno) dan recetas, yo le quiero poner el precio a la gasolina y a la leche», apostilla este chef, Premio Nacional de Televisión 2021. Cuando nos acercamos al segundo año de la irrupción de la pandemia en España, el cocinero vasco señala que la hostelería, como muchos otros sectores, ha sufrido las consecuencias en su negocios, que han tenido que recurrir a ERTE en gran parte. «Todo sea por volver a regularnos, a estar como estábamos antes de la covid».

Arguiñano, que tiene su restaurante y hotel junto a la playa de Zarautz, asegura que en su caso, los clientes extranjeros «han fallado bastante» y es el turismo nacional «el que ha salvado este año en cierto modo». «No digo a todos, pero en la costa hemos funcionado muy bien. El turismo nacional ha repuntado. Se ha notado en los últimos puentes que la gente se ha movido», ha destacado.

El nuevo libro de Arguiñano contiene recetas pensadas para satisfacer a todas las edades y con diferentes tiempos de elaboración, de 15 a 20 minutos a hora y media o dos. Todas ellas las ha preparado en algún momento para sus seguidores de la televisión.
«Son recetas para todos los días y para comer variado», apunta el chef, que recomienda mirar el frigorífico antes de salir a la compra porque «siempre hay cosas para aprovechar y no estamos para tirar».

El segundo consejo es «no ir nunca a hacer la compra con hambre». «Si vas con hambre, vas a empezar a meter cositas en el carro porque te apetecerá todo, chocolates, guindillas... turrones y mazapanes en esta época y otras muchas cosas», advierte.
«Y hay que comprar las cantidades justas y pensar que las raciones nunca deben de pasar los 200 gramos. No hay que comprar a lo bobo», agrega.

Arguiñano puntualiza que los profesionales de la gastronomía también están «para dar toques a la gente», advertencias como la de no tirar el aceite al fregadero, algo que «se ha hecho un montón en España». «Este tipo de cosas son las que estoy enseñando a la gente. Creo que con la forma de insistir que tengo, habré evitado en un 70 % que la gente tire aceites por el fregadero. En eso insisto bastante, ahí me pongo terco», enfatiza.
Señala que en todos sus años de carrera «no ha habido tantos cambios» en los hábitos alimenticios como puede parecer. Un aspecto en el que «se ha mejorado mucho» es en la utilización de aceites y grasas, que se ha rebajado notablemente.

«También hemos dejado durante muchos años de comer legumbre y ahora parece que repunta un poquito. Siempre digo que tiene que haber plato de cuchara en casa dos o tres días a la semana. Ese tipo de platos no deben faltar, sabiendo además que son baratos y se hacen solos», afirma. Arguiñano, partidario de un mayor consumo de huevos -los come a diario-, resalta asimismo que se han reducido los tiempos de cocción y también se ha comenzado a utilizar más el horno, que él siempre reitera que «no es para guardar sartenes».