Alberto Jareño, una vez más por su cumpleaños, invitó a cenar a familias con pocos medios en su restaurante. | Click
El pasado 10 de diciembre, día de su cumpleaños, Alberto Jareño abrió por la noche su restaurante, La Balanguera, para gente que vive en el umbral de la pobreza, eso si algunos no lo han traspasado ya. Sí, esa noche sus clientes fueron hombres, mujeres, familias con niños, escasos de recursos, que no pasaron por caja, ya que los invitó a cenar. «Hace un par de años, viendo las colas del hambre que ya se formaban antes de la pandemia, y que durante ese tiempo ya ni te cuento cómo eran, me preguntaba: ¿Cómo es posible que ellos apenas tengan nada para cenar, mientras que yo no tengo ningún problema para hacerlo? ¿Por qué ellos no pueden y yo sí…? Así que me dije que a partir de ese momento, cada noche de mi cumpleaños solo abriría mi restaurante para ellos. Y así lo vengo haciendo desde hace dos años. Desde entonces, cada 10 de diciembre, La Balanguera está reservada para ellos, cincuenta o sesenta, que llegan por turnos, unos entre las 19.30 y 21.00 horas, y otros entre las 21.00 y las 23.00 horas. Y algunos llegan con sus hijos, que de pronto ven aparecer a Papá Noel con regalos y ropa. ¿Que cómo llegan…? A través de la Fundación Escribano y Cruz Roja, y este año, de Tardor, y en cuanto a la ropa y los juguetes, los aportan Kaizen, que es una empresa de seguridad, y personas anónimas, o que prefieren mantener el anonimato».
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No se como me he reconvertido, serán las circunstancias de la vida, pero hoy por hoy idolatro mas a las personas trabajadoras de cualquier ocupación con las que nos codeamos cada dia, que a los futbolistas de élite o cosas por el estilo de esas que veía como dioses. ¿Será la edad que me trastorna?