Límite de camadas
La crianza por particulares o por profesionales sin control, tal y como explican desde el departamento que lidera Ione Belarra, es uno de los «mayores problemas de sobrepoblación, maltrato y abandono» que enfrentará la futura normativa. Para evitar los «cientos de casos» al año de intervenciones de centros de cría, donde perras paren «sin descanso» incluso hasta morir o llegan a desarrollar enfermedades y deformidades, el Ministerio fija un límite de camadas en la vida de cada hembra que se determinará según la especie, así como la obligación de registrarse como criador y dar cuenta del grupo de animales nacidos para controlar su trazabilidad. A su vez, la cría entre particulares quedará prohibida para evitar que miles de ejemplares terminen abandonados posteriormente, con el posible riesgo para la salud pública y el menoscabo del bienestar de los animales. También se regulan las importaciones de animales con los mismos requisitos establecidos para los criadores nacionales, cerrando así la puerta a la entrada desmedida de cachorros desde el exterior, como ocurre en la actualidad con criadores en países del este de Europa. Igual sanción acaparará la cría de animales exóticos al suponer un posible riesgo para el medio ambiente y la seguridad pública, pues hay especies invasoras e incluso animales venenosos, como pueden ser serpientes o tarántulas.
Las peleas de gallos, la sanción más elevada
Además se pondrá fin a las peleas de gallos, que aún están permitidas bajo ciertas condiciones en Canarias y Andalucía (bajo la denominación de 'riñas'), y su practica se considera una infracción muy grave, mereredora de sanción que oscila entre 100.001 a 600.000 euros. De esta forma, la futura ley busca erradicar la cría de determinadas razas que recurren a peleas para seleccionar a os ejemplares, que en ocasiones acaban con mutilaciones de crestas y espolones. También se las considera como un «gran foco» de apuestas ilegales.
Erradicar la cría de visiones
Otra infracción grave será la cría de visones americanos para obtener sus pieles, con multas desde 30.001 a 100.000 euros, al considerar que las condiciones de enjaulamiento no cumplen el mínimo requisito de bienestar animal. A ello se suma su consideración de especie catalogada como invasora, lo que entraña también un riesgo para el medio ambiente autóctono al poner «en jaque» a otras razas, como el visón europeo. De esta forma, se sigue la senda de prohibición que están aplicando otros países europeos, no solo por su situación de «evidente maltrato» sino por ser un animal capaz de contagiar el Covid-19 a los humanos, circunstancias que motivó el sacrificio de miles de ejemplares de granjas enteras.
Prohibidos los circos con animales salvajes
Los espectáculos de circo con animales salvajes también entrañarán, según el proyecto de ley, sanciones graves que pueden alcanzar hasta los 100.000 euros y que de facto ya está prohibida en muchas autonomías. Desde el Ministerio justifican que no puede haber bienestar animal para ejemplares que no pueden tener garantizadas sus «necesidades etológicas» (el despliegue de su conducta dentro del medio natural de origen). Aparte de los casos en los que se han registrados accidentes durante los desplazamientos del circo, el Ministerio destaca que las asociaciones de veterinarios y biólogos establecen que «retener y emplear animales salvajes en actividades antinaturales, con entrenamientos a base de castigos, suponen un evidente ejemplo de maltrato animal». Finalmente, se busca regular las colonias felinas para garantizar controles con la finalidad de reducir «drásticamente» su población y su «situación lamentable de vida callejera».
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