He ahí las pintadas a las que nos referimos, y que este lunes, dándonos un paseo por la muralla palmesana, encontramos. ¡Qué pena! | Click

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Está comprobado que, visto lo visto, les da lo mismo. ¿Que pillan una pared limpia...? ¡La pintan! ¿Que el Ajuntament quita esas pintadas, dejando otra vez la pared limpia…? ¡Pues la vuelven a pintar! Lo decimos porque si no hace mucho borraron todas las pintadas que había en la parte interior de la muralla, en lo que se denomina Baluart del Príncep, ayer, dándonos una vuelta, vimos que de nuevo había sido pintada. No mucho, pero sí lo suficiente para entender que están dispuestos a volver a la carga, que pasan de todo y que no van a parar, porque son unos vándalos que hacen lo que les pasa por los pelendengues… ¿Y qué hacemos con ellos? Porque, más mal que bien y más lento que rápido, Cort limpia las paredes garabateadas por estos individuos. Por otra parte, es imposible poner un policía en cada una de ellas, vigilando, mientras que por otra, está claro que, dada su falta de respeto, solidaridad, y porque son unos jetas, no van a parar. ¿Qué vamos a hacer, eh…?

Subasta silenciosa

Como ya os conté, los días 28, 29, 30 y 31 de este mes, en la Fundació Sa Nostra, y a beneficio de Ucrania, se celebrará Solidart, exposición-subasta en la que participarán conocidos y reconocidos pintores y escultores de la Isla, así como algunos fotógrafos, que aportarán obras suyas a fin    de que sean subastadas, destinándose los beneficios de las mismas a las distintas ONG que están ayudando a ese país. Será una subasta un tanto especial, pues los visitantes que lo deseen podrán pujar por las obras que más les gusten, partiendo de un precio de salida de 100 euros. La puja se hará en un papel que veréis junto a la obra. ¿Que a mí me gusta tal pintura? Escribo en dicho papel mi nombre, diciendo que la quiero por 100 euros. En el caso de que venga otro, y le guste la obra que a mí me ha gustado, pues pondrá en el papel que su puja es de 200 euros, pues como decimos, una vez hecha la primera puja, las siguientes serán de 100 euros. De todos modos, en la sala estará Patricia Chinchilla para orientar a quienes quieran pujar en lo que han dado en llamar ‘subasta silenciosa’ pro Ucrania. En el supuesto de que seas tú el que ha ganado la subasta, debes de ingresar el importe en la C/c de la ONG que elijas (también allí te facilitarán su número de cuenta), y presentado el recibo de dicho ingreso, te llevarás la obra. Al acto de inauguración asistirán Milyan, capellán de la iglesia ucraniana, Yuriy Zubko, presidente de la asociación de ucranianos en Mallorca, y Leticia Lope, vicepresidenta de Somos1más. Hay que decir que fue el pintor Max Cantrel quien tuvo la idea de Solidart, contando con la ayuda de Patricia Chinchilla para hacerlo realidad.

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El pintor Max Cantrel, que fue quien tuvo la idea de ‘Solidart’, y Patricia Chinchilla, escritora y comunicadora, que es quien la está promocionando, se muestran muy satisfechos ante la gran acogida que ha tenido este evento por parte de los artistas.

Sudafricano y hondureña

Max, que nació en Sudáfrica, en Bloenfontein (ciudad cuyo nombre en afrikáans significa Fuente de flores, en la que se hospedó la selección española durante el Mundial de Sudáfrica, que además ganó, y en la que también nació Tolkien, autor de El señor de los anillos), antes de dedicar su vida a la pintura fue profesor de inglés, ejerciendo como tal en Londres, pero sobre todo en Madrid, desde donde, en 2001, se vino a Mallorca, haciendo realidad un sueño que tuvo en Estocolmo, a través del cual se veía viviendo en nuestra Isla, entre otras cosas por su clima, su buena comunicación con el resto de Europa, «y también porque aquí vivía gente famosa, como Boris Becker, Michael Douglas o Claudia Schiffer...».

Por su parte, Patricia, que nació en San Pedro de Sula (Honduras), y que se vino a Mallorca cuando tenía ocho años, es conocida por los libros que ha escrito, por sus apariciones en Canal 4, y por las entrevistas y comentarios que desde hace unas semanas realiza en Las tardes del Cristal, desde donde anima a los artistas a participar en Solidart, y al público en general a pujar, además de ser una excelente relaciones públicas y organizadora de eventos relacionados con el arte, y ahora colaborando estrechamente con Max a fin de que esta ‘subasta silenciosa’ consiga su objetivo: obtener el máximo de dinero para donar a Ucrania. Os diré también que Patricia, a través de Las tardes del Cristal, ha contactado con un grupo de mallorquines que andan por la frontera polaco-ucraniana para que manden, si es que pueden hacerla, una foto de la tragedia vista desde allí, para subastarla en Solidart.

Más gente pidiendo

Que estamos pasando un mal momento económico,        ¡y lo que te rondaré, morena!, es algo más que evidente. Además de en la cesta de la compra y en el recibo de la luz, lo notas cuando te sientas en la terraza de una cafetería, sita en cualquier calle o plaza concurrida, porque, a poco que estás allí, empieza a pasar gente pidiendo. Son hombres y mujeres, que casi susurrando te ruegan que les des algo. Eso nos pasó anteayer por la mañana varias veces. Igual alguno pide para tomarse un trago, pero la mayoría lo hace para poder comer, céntimo a céntimo.

De entre los pedigüeños, nos llamó la atención una mujer de unos ochenta años, bajita, caminando dando pasos cortos, apoyándose en un bastón… Con una voz apenas perceptible, y con la mirada triste, nos pidió una ayuda. Le dimos algo, igual que hicieron los de otras mesas... ¿Cómo es posible que una mujer, que muy bien pudiera ser nuestra madre o nuestra abuela, encorvada, sin apenas poder andar, estuviera pidiendo….? Porque si alguien, y más a esa edad, sale a la calle a pedir, es porque no tiene nada. Y ve tú a saber cómo es la casa donde vive, tal vez sin luz, con humedad… Por otra parte, esa mujer nos recordó a las abuelas ucranianas que abandonan sus casas como pueden, incluso lo hacen en volandas, o a rastras…    Y salen porque si se quedan allí saben que pueden morir sepultadas por el impacto de un misil… Pues nos dio la impresión de que a ella le ocurría lo mismo. Que salía a buscar comida, porque si se quedaba en casa se moriría de hambre… Qué pena, ¿no? ¿Cómo es posible que una mujer tan mayor ande pidiendo limosna en la calle…?