Fotografiando con una cámara analógica. | Pixabay

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Ante la escasez de fotos de antaño, quizá ahora el problema es la sobreabundancia. El mundo de la fotografía se polariza entre los defensores de las cámaras más modernas, con precisión asombrosa en el detalle y quienes vuelven la vista atrás, nostálgicos, y optan por regresar a los aparatos antiguos y fotos imperfectas. Ambas formas de capturar la luz conllevan sus ventajas y desventajas y su uso depende, en mayor medida, del objeto de la fotografía y del gusto del usuario.

Cámaras digitales

Si lo que se pretende es conseguir un resultado profesional no cabe la más mínima duda: la cámara digital es la única opción. La posibilidad de realizar cuantas fotos se quiera, fotografiar en condiciones lumínicas desfavorables y comprobar si la foto ha salido bien son sus puntos fuertes. Para los más nostálgicos, también se ha de valorar el hecho de poderlas subir a la nube y que sean accesibles en cualquier momento y desde cualquier lugar. Por contra, también se ha de tener en cuenta la fastidiosa obsolescencia programada -que puede estropear el aparato en apenas unos años- o la dependencia de las baterías.

Cámaras analógicas

Aunque al lado de sus compañeras más modernas parezcan ya desfasadas, lo cierto es que la fotografía analógica atrae a cada vez más curiosos. Ante la sobreabundancia de fotografías, esta opción se postula como la reina de la originalidad. Al no poder repetir infinitamente el posado, y con el riesgo de un mal resultado lumínico, la foto resultante adquiere un valor añadido: es única, irrepetible e imperfecta. Y es, precisamente, ese aire imperfecto el que le aporta valor.

A pesar del romanticismo propio de las cámaras analógicas, hay que tener en cuenta las desventajas que conlleva: no se puede realizar zoom,.... Uno de los puntos flacos más importantes es su elevado coste: sacar fotos tiene precio. Además del precio del carrete, revelar las imágenes supone un gasto importante, de entre 15 y 20 euros en el caso de las cámaras desechables. Los carretes también son sinónimo de espacio limitado: de querer sacar muchas fotos, habrá que ir cargado de repuestos fotográficos.