La mayoría de las investigaciones sobre delfines se realizan desde la superficie del agua, pero como Ziltener es buceadora, pudo estudiar a los delfines de cerca. Le llevó algún tiempo ganarse la confianza de la manada, lo que pudo hacer en parte porque estos delfines no se inmutaron por las grandes burbujas que soltaban los tanques de buceo y se habituaron a los buceadores. «Algunos delfines, como los delfines tornillo en el sur del Mar Rojo egipcio, son más tímidos con respecto a las burbujas», apunta. Una vez que la manada le permitió visitarlos con regularidad, ella y sus colegas pudieron identificar y tomar muestras de los corales con los que se frotaban los delfines.
Descubrieron que, al frotarse repetidamente contra los corales, los delfines mulares del Indopacífico agitaban los diminutos pólipos que componen la comunidad coralina, y estos invertebrados liberaban mucosidad. Para entender qué propiedades contenía el moco, el equipo recogió muestras del coral. Cuando la autora principal, Gertrud Morlock, química analítica y científica de los alimentos de la Universidad Justus Liebig de Giessen (Alemania), y su equipo utilizaron separaciones planas combinadas con ensayos en superficie y espectrometría de masas de alta resolución para analizar muestras del coral 'gorgonia Rumphella aggregata', el coral cuero 'Sarcophyton sp.' y la esponja 'Ircinia sp.', encontraron 17 metabolitos activos con actividades antibacterianas, antioxidantes, hormonales y tóxicas. El descubrimiento de estos compuestos bioactivos llevó al equipo a creer que el moco de los corales y las esponjas sirve para regular el microbioma de la piel de los delfines y tratar las infecciones. «El roce repetido permite que los metabolitos activos entren en contacto con la piel de los delfines --explica Morlock--. Estos metabolitos podrían ayudarles a conseguir la homeostasis de la piel y ser útiles para la profilaxis o el tratamiento auxiliar contra las infecciones microbianas». Los arrecifes donde se encuentran estos corales son lugares importantes para las poblaciones locales de delfines. Se dirigen allí para descansar y divertirse.
«Mucha gente no se da cuenta de que estos arrecifes de coral son dormitorios para los delfines, y también patios de recreo», subraya Ziltener. Entre siesta y siesta, los delfines se despiertan a menudo para realizar el comportamiento de frotar el coral. «Es casi como si se ducharan, se limpiaran antes de ir a dormir o de levantarse», añade. Desde que empezó a investigar sobre los delfines en Egipto en 2009, Ziltener ha observado una tendencia inquietante. «La industria del turismo gana mucho dinero ahora con la natación con delfines. La gente sueña con nadar con los delfines, por lo que están averiguando qué arrecifes utilizan y perturban a los delfines si no siguen las directrices sobre cómo acercarse a ellos de forma responsable», dice. Está tan preocupada que ha creado una organización llamada Dolphin Watch Alliance, un grupo de conservación que educa a los guías turísticos, a los turistas y al público en general sobre cómo ofrecer a los turistas experiencias seguras para los delfines, y ha presionado para que los arrecifes se conviertan en zonas protegidas. Ziltener y su equipo esperan que mientras los arrecifes sigan siendo un lugar seguro para los delfines, puedan seguir estudiando el roce de los corales e identificar qué corales y esponjas seleccionados se utilizan para partes específicas del cuerpo.
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