Manuela Llabrés Arqués, de 50 años de edad, madre de tres hijos, con novio de setenta años, al que está felizmente unida desde hace diez, «puesto que –asegura– la química y la positividad entre ambos es mucha», y un padre al que adora, pues le considera «el pilar de mi vida», es, posiblemente, unos de los personajes más personales e intransferibles que jamás hemos conocido. Vamos, de los que dejan huella. Sí, porque, si la conoces difícilmente la olvidarás.
Manuela, nacida en Petra, es, además, persona multiocupada, tanto que uno se pregunta que de dónde sacará tiempo para hacer las cosas que dice que hace, que son muchas. Porque, así, que recordemos, nos dijo –tras extender sobre la mesa del bar en que nos tomamos un refresco decenas de fotografías, algunas desenfocadas, algunas desencuadradas–, que era pianista, además de tocar otros instrumentos, soprano –pertenece a varias corales–, modelo –asegura que recientemente ha hecho un spot entre flores rojas para la tele alemana–, tarotista y adivina, diseñadora de muñecas que luego ella hace… ¡Ah!, y vende Avón desde hace 26 años. Sí, Manuela es una de las de ‘Avón llama a su puerta', cosa que ahora debe de hacer con mayor insistencia «pues la competencia es muy grande». Y además de eso, «curo las malas vibraciones», considerándose también «mujer muy positiva».
Es, además, mujer reivindicativa, con una opinión muy concreta sobre la sanidad, la asistencia social, la política y los políticos, lo cual daría para llenar páginas y más páginas del diario. Por cierto, le pedimos que echara mano de sus habilidades como adivina y tarotista y nos vaticinara quién gobernará en Balears a partir de las próximas elecciones, y cuándo finalizará la guerra de Putin. Y lo hace: «En Balears gobernará la derecha» –no especifica si en coalición, o qué derecha, pero tiene claro que la izquierda se quedará sin poder, aunque tampoco señala las causas–, mientras que la guerra –a la que califica como «guerra declarada»–, asegura que «durará más de lo que esperamos». Pero lo que tampoco dice es quién la ganará.
Autocaravanas
Este sábado, a partir de las 19.00 horas, alrededor de 50 autocaravanistas –puede que más– se manifestarán en Palma (Polígono, carretera de Manacor, Avingudes y Passeig Marítim, para regresar al Polígono), reivindicando, bajo el lema de ‘No somos delincuentes, reclamamos los mismos derechos', varios puntos que tienen que ver con sus necesidades, a saber: Derecho a aparcar y pernoctar como cualquier otro vehículo; eliminación de las restricciones impuestas a las autocaravanas referentes a no poder aparcar en zonas señalizas, que son, concretamente, en las que están los indicadores de altura (2 metros 10) y longitud del vehículo (5 metros); creación de campings o áreas para este tipo de vehículos; creación en cualquiera de las Islas de áreas de llenado de agua y vaciado de aguas sucias; y que también Balears acepte el turismo familiar en autocaravana como nueva forma de turismo.
Presentación
Este viernes, a las 19,30 horas, en Fundació sa Nostra, el jugador del Mallorca Salva Sevilla presentará el libro escrito por el doctor Jorge Muñoz, Doctor, ¿y ahora qué? Preguntas que solo le harías al pediatra de tus hijos. Un libro, sobre todo para los padres con hijos pequeños, para tener a mano. En el acto estará el doctor, a quien le podréis preguntar.
La más querida
Belquis Magalsis Álvarez de Maldonado era una venezolana, residente en Palma desde hace varias décadas, que falleció el pasado 14 de los corrientes. Desde hacía 12 años iba a diálisis tres días a la semana utilizando los servicios del 061, donde era querida por todos, sobre todo por su bondad y generosidad. «Allá a donde fuera –nos decía uno de los chóferes de las ambulancias que la llevó muchas veces–, dejaba huella. Nunca se quejó de nada, sino todo lo contrario: mostró siempre su mejor cara, la mejor de sus sonrisas… Incluso, cuando con el paso de los años iba desmejorándose, no dejó de ser amable con nosotros… Bueno, con nosotros y con todo el mundo, si no, pregunta en la sección de diálisis de Son Espases, que era a donde iba. Pregunta quién era Belquis. Todos te dirán que fue una mujer buena, de gran corazón y optimista a pesar de todo, que a nosotros, los de las ambulancias, nos llamaba ‘mis niños'».
Según hemos podido saber, Belquis fue estilista, incluso tuvo varios salones de belleza, recibiendo en el estado de Carabobo (Venezuela), La tijera de oro, que es uno de los más importantes premios que se conceden en aquel país en estilismo y peluquería, sin que se le subieran los humos, sino que siguió siendo la mujer sencilla y trabajadora de siempre. Otro de los conductores de ambulancia que la llevó más de una vez nos contó que le gustaba hacer muchas manualidades, entre ellas, pulseras, bolsitos, diademas, etc., «que muchas veces –contó– se las regalaba a nuestros hijos». Y nos dijo también que era la más veterana de todas las personas que solían trasladar. Fue tal el golpe que recibieron los trabajadores del 061 al enterarse de la noticia de su fallecimiento, que el mismo día que se produjo, en su honor, guardaron un minuto de silencio, haciéndose una foto (la que ven al pie de esta página) que enviaron a sus hijas. Descansa en paz, amiga.
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