Concert de la Lluna a les Vinyes, una noche con alma
Cerca de mil personas llenaron el recinto de Bodegas Macià Batle para disfrutar de un magnífico concierto de la Orquestra Simfònica a beneficio de Amics de la Infància
Han sido dos largos años de espera a causa de la pandemia, pero la paciencia siempre tiene recompensa. Bajo el lema ‘Tornem a la Festa', el Concert de la Lluna a les Vinyes volvió el sábado con toda la fuerza de la música y el espíritu solidario. Casi un millar de personas se reunieron en las Bodegas Macià Batle, en Santa Maria del Camí, donde disfrutaron de un excelente recital de la Orquestra Simfònica de les Illes Balears, bajo la batuta de Pablo Mielgo.
La pasión por la buena música no fue el único motivo del éxito de la convocatoria, sino también el carácter solidario y altruista del evento. El objetivo del concierto era recaudar fondos para la asociación sin ánimo de lucro Amics de la Infància, una entidad que persigue mejorar las condiciones de vida de niños y niñas que viven en situaciones de extrema pobreza. De esta manera, la asociación mallorquina destinará todo lo recaudado a sus proyectos de cooperación y desarrollo en Perú, Bolivia e India.
Noche mágica
La velada estuvo marcada por la alegría del reencuentro, maridada con los mejores vinos de Macià Batle y las notas precisas de la Orquestra. Un ambiente mágico que no hubiese sido posible sin la inestimable ayuda de las empresas colaboradoras y un grupo de cuarenta voluntarios, quienes trabajaron desde primera hora de la tarde para dejarlo todo a punto. A las 20.30 horas, con la caída del sol, se abrieron las puertas de las bodegas y el numeroso público, que llevaba ya un tiempo esperando, accedió al recinto, donde encontró una amplia oferta gastronómica que no defraudó a ningún paladar. En la entrada recibieron un pack que incluía un vaso de cristal –en un compromiso con el medio ambiente– y una bolsita de frutos secos de Almendras Capó. Acto seguido, el público se acercó a las carpas, donde se encontraron con una nueva creación de Ca'n Pintxo, un conito de galleta neutra, relleno de pulled pork, sésamo y galleta de cilantro, obra del chef Dani Carrillo. Por su parte, Turquesa Catering ofreció dos delicados canapés a base de queso fresco y salmón ahumado. En el puesto del Forn de Ca Na Teresa hallaron un delicioso tast, compuesto de una panada, un cocarroi y un llonguet, relleno con los embutidos de porc negre mallorquí de Ca'n Company. Asimismo, Ca Na Teresa también ofreció ensaimada, el acompañamiento perfecto para el Gelat Fet a Sóller de diferentes sabores. Además, también pudieron degustar el queso DO Mahón de Mercadal, que tuvo a las clásicas galletas Quelitas como acompañamiento. En cuanto a la bebida, Coca-Cola fue la empresa colaboradora con su clásico refresco, además de algunas de sus novedades, como el Royal Bliss o el Appleteiser, buenos amigos de los combinados.
Mención aparte merecen los vinos con los que el público asistente acompañó su cena, de las Bodegas Macià Batle, que ofreció un vi negre, un rosado y, como estrella en la calurosa noche estival, su premiado Blanc de Blancs.
Con su patrocinio, Macià Batle ha sido clave en la celebración de las nueve ediciones del evento. La coordinación y el apartado técnico corrió a cargo de Trui; la seguridad estuvo en manos de GPS Seguridad, y Quirón Salud desplazó hasta el lugar una ambulancia con equipo sanitario para atender cualquier posible necesidad médica.
Después de la cena, llegó la hora del concierto, que fue presentado por Paula Serra, directora de Audiovisuales del Grup Serra, y Alex Sepasgosarian, director del Mallorca Magazine. A las 21.30 horas, la Orquestra Simfònica subió al escenario, envuelta en un romántico entorno. Con la luz de la luna bañando los viñedos y bajo la dirección de Pablo Mielgo, la Simfònica ofreció un recital de clásicos populares y de carácter festivo, que hicieron las delicias del oído experto y conectaron con los menos habituados a la música sinfónica.
El concierto se abrió con Las Bodas de Fígaro, de W.A. Mozart; le siguieron Las alegres comadres de Windsor, de O. Nicolai; Danza Húngara No. 5, de J. Brahms; Orfeo en los Infiernos, de J. Offenbach; Carmen, suite No.1, de G. Bizet; Meditación de Thais, de J. Massanet; El barbero de Sevilla, de G. Rossini; La fuerza del destino, de G. Verdi; La Alegría de la Huerta, de F. Chueca y, para cerrar, La boda de Luis Alonso, de G. Giménez. Tras sonar la última nota, el público, que se mostró entusiasmado durante toda la gala musical, rompió en un prolongado aplauso, signo inequívoco de la calidad del concierto, que contó con concisas y aclaratorias intervenciones de Pablo Mielgo, quien contextualizó cada pieza, dándole sentido al conjunto. La velada continuó con la música del DJ Gaspar Sampol, quien con sus ritmos hizo bailar a los presentes.