Andrés Roca Rey, pese a su juventud, ha supuesto una auténtica revolución en el mundo del toro. | Joserra Lozano

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Andrés Roca Rey (Lima, 1996) ha supuesto desde su irrupción en España una auténtica revolución en el mundo del toro. En él no se sabe si destaca más por su valor o por su arte. El viernes hará el paseíllo por primera vez en el Coliseo Balear. La expectación que ha causado su próxima presencia en Palma ha sido enorme y se espera una gran entrada. El diestro peruano compartirá cartel con David Fandila ‘El Fandi' y José María Manzanares y lidiarán toros de Luis Algarra.

Debutará este viernes, día 5 de agosto, en el Coliseo Balear. ¿Qué le han contado de la plaza de toros de Palma?
– Me han contado muchísimas cosas de la plaza de toros de Palma de Mallorca, es un placer poder estar ahí con todos ustedes este viernes, me hace muchísima ilusión.

Procede de una familia acomodada de Lima con gran tradición taurina. ¿Siempre tuvo claro que iba a dedicarse a este mundo?
– Es verdad que mi familia es aficionada al mundo del toro desde siempre y hay muchos profesionales, entre ellos empresarios, y mi hermano Fernando, matador de toros, un tío mío ganadero y muchos más en la familia que    han toreado como aficionados prácticos, como mi tío abuelo o mi tío que fue rejoneador.

Está claro que la afición a ser torero me viene por ellos, pero creo que el ser torero es algo que se lleva por dentro. Es verdad también que siempre quise ser torero, y sinceramente sí lo tuve muy claro desde niño, desde que tenía uso de razón.

Su hermano mayor, Fernando, es también matador de toros. ¿Cómo ha sido y es la relación entre ustedes?
– La relación con mi hermano Fernando, matador de toros, ha sido, es y siempre será una relación estupenda. Él me aporta siempre, intentamos hablar de toros, y lo más importante de todo es lo que nos queremos, y hablamos el mismo idioma.

¿En qué toreros se fijaba en sus comienzos?
– Me fijaba en muchos, la verdad. Le diría que en casi todos, pero hablando del presente me gusta mucho la historia de los toreros antiguos como Joselito El Gallo, Belmonte, Dominguín, Manolete...

¿Quién cree que es mejor embajador de Perú, usted o los cocineros Virgilio Martínez, Gastón Acurio o ‘Micha' Tsumura?
– Creo que el mejor embajador no tiene que ser el más reconocido sino el que más se entrega por su pasión, o por su trabajo, o por lo que haga. En este caso yo me entrego al toreo y siempre con mi Perú en el corazón, que lo quiero mucho.

Por cierto, ¿cocina peruana o española?
– No podría vivir con la falta de una.

Su llegada a España fue una revolución. ¿Se sintió siempre bienvenido?
– Sí, que duda cabe que España siempre ha sido un país que me abrió sus puertas, me ha visto crecer y estoy muy agradecido.

¿Existe en Perú también una corriente antitaurina como en España?
– La corriente antitaurina está en todos lados, pero lo importante es que la afición sigue llenando las plazas.   

¿Respeta a los antitaurinos?
– Respeto a quien me respeta, como el dicho dice, respetos guardan respetos. Algunos se merecen mi respeto y otros no.

¿Cómo ha vivido la pandemia? ¿Pasó el confinamiento en España o estaba en Perú?
– Fue un momento muy duro para todo el mundo, y hablando de mí, también tuve momentos muy duros de bajón y de aburrimiento absoluto de no saber cuándo iba a terminar y cómo iba acabar todo lo que pasó, pero gracias a dios ya está volviendo todo a su normalidad.

¿Conoce Mallorca?
– Fíjese que es un sitio al cual siempre he querido ir, no solo a torear, si no a estar en la playa, ya que la playa me encanta, y he visto fotos y es increíble. Tengo ganas de llegar y meterme al mar y luego, obviamente, ir a la plaza, que a eso se supone que voy... (risas).