Con temperaturas altas nos mostramos más vulnerables ante situaciones que no nos afectarían así. | Pixabay

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Con temperaturas que rondan los 40 grados, la nueva ola de calor ha llegado arrasando. Muchos se quejan que no solo hace un calor agotador por el día, sino que tampoco cesa por la noche. Puede que por esto te sientas irritado o con peor humor. ¿Es normal? Está claro que el incremento excesivo de los termómetros molesta. La verdad es que los periodos de altas temperaturas ocasionan problemas para conciliar el sueño, irritabilidad, ira y mayores niveles de agresividad en las personas más sensibles o susceptibles.

Así es como lo explica el Ministerio de Sanidad en una guía para afrontar la ola de calor: «Los días de calor intensos obligan al cuerpo humano a hacer un esfuerzo de adaptación para mantener la temperatura normal». Es más, está verificado que uno de los peores efectos de las altas temperaturas es un agotamiento real y extremo. «Esta fatiga ocurre después de varios días, cuando la sudoración excesiva reduce los fluidos corporales y la restauración de las sales», indica la institución nacional.

Por su parte, la mente también tiene su propio procedimiento y puede verse afectada. Un estudio en 2020 concluyó que cada vez hay más personas a las que les afectan las condiciones meteorológicas. Es decir, resulta que cada vez nos acostumbramos peor a los cambios. Lo que puede parecer irónico pues cada vez se producirán más cambios extremos en las temperaturas. Al final el calor hace que nos sintamos más incómodos y provoca desgana, a esto hay que añadir la falta de sueño por las noches tropicales. La razón que puede estar detrás de esta incomodidad excesiva se llama: desorden afectivo estacional, una alteración psicológica y física que se produce cuando las condiciones climatológicas y estacionales cambian.