De la inquietante seducción del daguerrotipo antiguo, a la imagen ultra nítida pasada por el lifting milagroso de las últimas aplicaciones. La fotografía no ha dejado de crecer desde que Louis Daguerre inventó el daguerrotipo y comenzó a divulgar aquellas primeras fotografías, nanas oscuras de belleza espectral, en 1839. Conviene recordarlo en el Día Mundial de la Fotografía, hoy, 19 de agosto. Esta efeméride recuerda la fecha de la presentación de la patente del daguerrotipo en la Academia de Ciencias de Francia.
Como no podía ser de otro modo, el daguerrotipo recibió su nombre del apellido de su inventor, aunque, en rigor, para darle vida fue también determinante Joseph Nicéphore Niépce. De hecho, ambos trabajaron en sociedad hasta la muerte del segundo en 1833. La flamante invención fue el primer procedimiento fotográfico anunciado oficialmente en la historia. De su mecanismo se obtiene una imagen en positivo a partir de una placa de cobre recubierta de yoduro de plata.
Referente
Coincidiendo con esta efeméride nos reunimos con Toni Amengual, fotógrafo mallorquín que ha expuesto en la Fundación Forvm de Tarragona; el MUSAC de León; el Kunst Haus de Viena; y el Casal Solleric y Es Baluard de Palma, entre otros espacios de arte. Asimismo, ha sido distinguido con el Premio Nueva Fotografía Documental (2013); el Premio al Mejor Fotolibro PhotoEspaña (2015); y el Premio Mallorca de Fotografía Contemporánea (2018), y ha firmado tres fotolibros con buena acogida de crítica y público. Completa su curriculo con su labor docente como director del área de fotografía en la escuela de diseño online LABASAD. En la rama creativa no cuesta dar con autores encantados de conocerse. Toni Amengual escapa de ese cliché. Conciso y culto, prefiere que su obra hable por él, aunque no por ello se muestra retraído. Tras nuestra charla me queda claro que se desenvuelve igual de bien a ambos extremos de la cámara. Nos hemos citado en una conocida librería-café del centro de Palma con los vapores del mediodía. Toni pide un ginger ale, un rara avis en nuestros días, antaño un celebrado trago signo de sofisticación (Michael Caine es uno de sus ilustres seguidores). Nuestro protagonista es uno de los valores más activos de la fotografía contemporánea, tanto en la Isla como fuera, de donde «recibo muchos encargos».
Quizá su vida no sea tan ajetreada como la hoja de ruta de un Boeing 727, pero se acerca por momentos. Combina su cargo docente con encargos fotográficos de todo tipo, «me llegan propuestas muy variadas», confiesa. Y por si les pica la curiosidad, su registro creativo entronca con las fotos de portada de la revista Esquire, tomadas con una destreza milimética; aunque también se ve reflejado en las portadas de Housemartins, Smiths y, muy especilamente, esa deliciosa carátula que New Order imprimió para su segundo largo de estudio: Power, corruption & lies. Para Amengual, lo que importa de una instantánea subyace por debajo, allí donde comienza esa magia de lo que no se ve, una historia, una aventura, un mensaje…
En los preliminares, esa cháchara que sirve para acortar distancias en las entrevistas, descubro en él a un tipo que no concibe la creación sin música, apegado a sus referentes creativos y francamente inquieto por la precariedad que envuelve a su profesión y a otras circundantes. Cuando cesan las ‘presentaciones', respira un segundo y, como si fuera el objeto de una sesión fotográfica, su mirada parece decir: ¡Dispara! Genio y figura.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.