A la hora de elegir, se debe priorizar la voluntad del niño. | Pexels - Yan Krukov

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Con el comienzo de las clases a la vuelta de la esquina. Los colegios preparan sus patios para acoger a nuevos y antiguos estudiantes que regresarán a sus aulas. Profesores y padres se disponen a organizar una vuelta al cole sin imprevistos. Y los centros educativos barajan la propuesta de actividades extraescolares. Esta oferta de ocupaciones fuera del horario escolar se ha disparado en los últimos años de manera exponencial, en nuestro país se solían ofrecer clases de algún idioma, preferentemente, inglés; deportes como fútbol o baloncesto; y como mucho, el aprendizaje de un instrumento musical.

Ahora, el amplio abanico de posibilidades puede resulta abrumador si no se tienen claras las inclinaciones artísticas, idiomáticas o deportivas que poseen los pequeños de la casa. Estas extraescolares suelen encajar dentro de una de las siguientes ramas: deportivas, idiomas, artísticas y didácticas. Lo mejor, es encontrar aquella alternativa que encaje tanto con los gustos e intereses de los niños como con los horarios y principios de los padres, sobre todo, priorizando la voluntad del joven estudiante. Para así evitar, que acabe frustrado y yendo a la actividad sin ilusión.

Actividades deportivas

La iniciación al deporte y promover una vida activa es un apartado fundamental del plan escolar y los centros se esfuerzan por remarcar su importancia. Por ello, la oferta puede alcanza desde multideporte, una combinación de varios deportes, hasta fútbol; baloncesto; kárate; natación; tenis; ajedrez o yoga. En caso de practicarse en equipo, estas actividades ayudan a los niños a desprenderse del individualismo y experimentan el trabajo en grupo y la convivencia. Además, instruyen una disciplina y un respeto a las reglas. Asimismo, desarrollan la condición física y aprenden los valores del deporte en cuestión.

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Clases de idiomas

El conocimiento de otros idiomas abre las puertas, no solo en el ámbito laboral, mentalmente proporciona herramientas comunicativas, como la adquisición de mayor fluidez a la hora de hablar. Asimismo, al familiarizarse con una segunda lengua extranjera, en un futuro, tendrán más facilidad para aprender otros idiomas. Mayoritariamente, los colegios ofertan inglés. Pero también podemos encontrar alternativas como alemán, francés, italiano y, excepcionalmente, chino. Sin embargo, añadir otra actividad intelectual tras la jornada lectiva puede resultar cansado si no se realiza de manera lúdica y relajante.

Talleres artísticos

La danza, la pintura y los instrumentos desarrollan multitud de capacidades en los niños: artísticas, creativas, psicomotrices, sensibles y cognitivas. En el caso de la música, se trata de una disciplina participativa, integradora, transversal e intergeneracional. No obstante, un enfoque rígido, excesivamente competitivo o individualista puede estropear la experiencia de los pequeños. El teatro, otra opción artística, fomenta la imaginación, la memoria y el trabajo en equipo, así como ayuda a superar la timidez y aumenta la autoestima.

Tareas didácticas

Los problemas de aprendizaje son cada vez más frecuentes en las aulas. Pediatras, neurólogos y psicopedagogos recomiendan que la terapia pedagógica se lleve a cabo en un tratamiento extraescolar, para que la experiencia en el colegio no sea diferente a la del resto de compañeros. El propósito de estas clases de apoyo es conseguir la autonomía y así mejorar su autoestima, a la vez que perfeccionan el rendimiento académico. Otras actividades didácticas pueden ser más prácticas, como talleres de cocina, robótica o informática. Estas opciones favorecen el pensamiento lógico, la capacidad de abstracción y la planificación, así mismo, los jóvenes se sienten satisfechos y realizados.