Los amantes de los videojuegos conocerán de sobra la sagaDark Souls, que pertenece al subgénero de los 'soulslike'. Para los más profanos, se trata de uno de los juegos de rol más difíciles, que pone ante las cuerdas a los jugadores más avezados, con una atmósfera muy oscura que te sumerge en un mundo de fantasía repleto de monstruos, en el que sobrevivir es casi un milagro. Ahora imagínense superarlo como un experto, jugando con las cuerdas de un violín eléctrico. La dificultad se multiplica.
Esta proeza la consigue el mallorquín Sebastià Pou (Palma, 1976), miembro de la Orquestra Simfònica de Balears desde 1996 y toda una estrella de los videojuegos. Su alter ego en este mundo es ‘Viva Team Frío', curioso nombre que le impusieron los seguidores de este gamer en redes sociales. Cada noche se encierra en su estudio insonorizado, tras horas de ensayo con el violín, para desfogarse con el Dark Souls II.
El teclado y el mano no son importantes, un simple apaño, Pou juega con la versión eléctrica de su instrumento: «Cada nota es un movimiento que se convierte en una señal ‘midi' dirigida al ordenador. Y puedo hacer de todo con el violín. Cualquier cosa que tenga que hacer el personaje, incluso mover la cámara o realizar, lo hago con el movimiento de las cuerdas. El ‘fa', por ejemplo, es para que el personaje ruede por el suelo», explica el violinista.
Un jugador único
Pou cuenta con un canal de Twitch (Tiavoli Gaming) con casi 2.000 seguidores, una cifra discreta, pero no deja de ganar adeptos. La repercusión de jugar con un instrumento de cuerda le ha llevado a participar en programas especializados en este campo y a ser invitado al Gamepolis, el Festival de Videojuegos de Málaga. Por algo es el único jugador en el mundo que se atreve a jugar con un violín eléctrico; hay algunos que se han atrevido con otros instrumentos, como un piano o una batería, pero piensen lo difícil que resulta jugar a un videojuego harto complicado como este solo con el movimiento de las cuerdas del violín. La precisión debe ser total.
Sebastià Pou proviene de una familia de amantes de la música: su padre ya tocaba el violín, sus hermanos hicieron sus pinitos con el piano y sus propias hijas, de 5 y 7 años, siguen los pasos de su padre y su abuelo. También desde su infancia sacaba tiempo para jugar a videojuegos. Es más, no recuerda ninguna etapa de su vida en la que no estuvieran presentes de algún modo. ¿El primero? El Batman de los 80, con un ordenador MSX. Toda una reliquia que conserva como oro en paño en su estudio.
Primero comenzó creando un canal de Youtube, en el que compartía trucos, ideas... pero la experiencia no resultó del todo gratificante: «Me hacía falta interactuar con la gente. Esto me lo ha dado Twitch. Tengo seguidores españoles, pero también muchos latinoamericanos, por las horas en las que me conecto.
La disciplina de su día a día en la Simfònica, como en el deporte –también es un runner consumado y va cuatro veces por semana a sesiones de crossfit– y el mundo de los videojuegos, le obliga, para poder llegar a todo, porque «su familia es lo primero», recalca, a tener que robar horas al sueño. Así, cada noche, pero especialmente los fines de semana, Pou abre su canal de Twitch para jugar al Dark Souls II, pero también abre una parte de sí mismo. En Tiavoli Gaming juega en directo, pero también hace conciertos improvisados. «Hemos creado una comunidad muy guay, muy unida por nuestra pasión común por los videojuegos».
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