Inés Saenz, de Mallorcraft, un comercio ‘online’ que acaba de dar el salto al formato físico con un ‘showroom’ en Palma. | Pere Bota

TW
0

Tal y como reza el titular, artesanía hecha a mano con sello local es lo que vende Mallorcraft. Basta hacer clic en su página web o de Instagram para ver un desfile de productos, desde cestas y portavelas, hasta cuencos, platos, vasos, aceiteras y otros elementos esencialmente trabajados en vidrio y cerámica... diseños que desvelan su pasión por la iconografía tradicional mallorquina, y que hasta hace apenas un suspiro solo podían adquirirse online.

Pero la fuerte demanda de un mercado pujante y globalizado les ha obligado a abrir una sede presencial, un showroom donde el cliente pueda ver y tocar el producto, ubicado en la calle Martí Boneo de Palma. Allí encontramos este amplio comercio donde nos recibe Inés Saenz sobre unas elegantes alfombras y unas imponentes estanterías de madera atiborradas de piezas.

«Funcionamos con cita previa pero atenderemos a cualquiera que entre y se interese por nuestra colección aunque no haya reservado», explica Inés, una cántabra que creció rodeada de estímulos emprendedores y ahora vive en la Isla casi por prescripción médica. «Trabajé muchos años en Madrid y estuve sometida a mucha presión, entonces mi marido, que ya había vivido aquí, me propuso hacer las maletas y probar suerte en Mallorca». Dicho y hecho. Desde entonces no les ha podido ir mejor. Han cambiado los rigores de una vida marcada por el estrés por un estilo de vida más saludable.

Su experiencia en el marketing y posicionamiento digital le abrió un mar de posibilidades: «Descubrí que aquí no hay nadie que venda online este tipo de productos con inspiración mallorquina, así que me lancé y en poco tiempo empezamos a crecer». Afirma que cada vez le hacen más pedidos por Instagram, que es por donde más trabajan. El retrato robot de su clientela es «una mujer de entre 45 y 60 años, y aunque tenemos algunas clientas mallorquinas, donde más vendo es en Madrid, Catalunya y en Alemania, Suiza y Francia».

PB070922007908.jpg
Aceiteras, portavelas y todo tipo de recipientes cerámicos con motivos mallorquines están presentes.

Filosofía

Como decíamos, la filosofía de la marca es vender productos hechos a mano con motivos ornamentales de inspiración mediterránea, de ahí el nombre -Mallorcraft-, que surge de unir las palabras Mallorca y el término en inglés hand craft, que significa artesanía a mano. Tras dos años con presencia exclusiva online y un crecimiento acelerado, considera Inés que la sede física era «necesaria, porque mucha gente pedía ver el producto antes de comprarlo y hay que complacer al cliente».

El grueso de las piezas «están hechas en la Isla, incluso a veces hacemos diseños específicos. Por ejemplo, en caso de los platos, que tienen un diseño irregular, son exclusivos porque no hay dos iguales». Los propios platos, así como las «cestas y los cuencos son los productos que tienen más salida».

También preparan cestas con productos gourmet mallorquines: aceites, mermeladas, sal, galletas y sobrassada, ideales para hacer un regalo original. «Algunas ya están preparadas pero también las hacemos a medida. Estos productos comienzan a despertar el interés en el extranjero, es un mercado que está creciendo rápidamente», confirma. A la espera de abrir nuevas vías comerciales, su principal fuente de ingresos recae en los productos cerámicos, en los que se puede apreciar la huella de una Isla que, además de sol y playa, tiene mucho más que ofrecer.