El año 1971 fue aciago para el rock, fallecía Jim Morrison, un agitador social símbolo de una época marcada por los excesos. El hombre de los pantalones de cuero, admirador de los poetas malditos franceses, nos dejó a los 27 años. No fue el único. A esa edad se despedían por la vía rápida Janis Joplin, Jimy Hendrix, Kurt Cobain y Amy Winehouse. A Marta Mas y Carmen Pascual, en cambio, los 27 les han sentado de maravilla. Su carrera profesional ha despegado, quizá no hacia la abundancia pero sí al selecto círculo de botiguers cuya actividad discurre en paralelo a las raíces de su Tierra.
Cuando hablan desprenden fuerza, vitalidad y una gran capacidad de emprendimiento. Un catálogo de virtudes que ponen al servicio de Rem Taller, un coqueto comercio incrustado en el corazón de Valldemossa, donde encontramos sandalias, vestidos, camisetas, bolsos, cestas, sombreros, bisutería y láminas con motivos mediterráneos, así como todo tipo de enseres y utensilios ‘made in Mallorca'.
«La mayoría están diseñados y producidos por gente de la Isla. Nuestra prioridad es vender materiales de artistas que los fabrican de forma consciente», explica Carmen. Su compañera amplía la respuesta: «Vendemos productos que tienen una estrecha relación con la forma de vida de Mallorca, con esa voluntad de hacer bien las cosas, despacio, con calma, que es un poco el contrario de aquello a lo que te empuja la sociedad actual».
Orígenes
Ese regreso a los orígenes palpita en cada rincón de este comercio, ubicado en una antigua panadería de la que han preservado su forn de llenya. «La gente del pueblo le guarda muy buen recuerdo, dicen que la calidad del pan era extraordinaria», apunta Marta. La conexión con el pasado sigue latente gracias a una pequeña colección de maquinaria antigua disgregada por la tienda, como una antigua moledora de almendra que viste una de sus paredes.
Originarias de Valldemossa y Es Capdellà, respectivamente, Marta y Carmen se conocieron en Barcelona, donde cursaban estudios superiores. Hoy dirigen este establecimiento que comparte nombre con REM, la popular banda de pop-rock disuelta en 2011 que mostró al mundo cómo un conjunto independiente podía ser absorbido por la cultura de masas sin perder su identidad. En Rem Taller le dan una vuelta de tuerca a esa idea para acercar diseños clásicos inspirados en la Isla al consumidor actual. «Los productos que vendemos están muy conectados con la creatividad del que hay detrás, y creemos que la fase REM del sueño también entronca con eso, con dejar salir la creatividad que uno lleva dentro», concluye Carmen.
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