La domótica se impone en las viviendas al ritmo de Siri y Alexa, pero los expertos recuerdan que la tecnología permite hacer «mucho más» por nosotros
La inteligencia artificial es una realidad ya en la mayoría de hogares, a muchos de los cuales ha accedido a través de asistentes de voz como Alexa o Siri.
Siri y Alexa han servido para democratizar el acceso a la Inteligencia Artificial en nuestros hogares. Los dos asistentes virtuales son utilizados por la mayoría como meros altavoces que nos facilitan escuchar música sin tocar ningún teclado y que nos responden a preguntas que puedan surgir en cualquier momento. Pero hay quienes ya han empezado a sacar un rédito extra a Siri, Alexa y a Google Assistant, conscientes de que nos permiten dar un importante salto de calidad a nuestras viviendas para que resulten más eficientes, más ecológicas, más económicas y, claro está, más cómodas.
En cualquier caso, existen múltiples formas de beneficiarnos de los enormes avances que se han producido últimamente en el mundo de la domótica. Y cada vez son más las empresas con sello mallorquín que quieren ayudarnos a hacer realidad lo que hasta hace poco tiempo nos parecía ciencia ficción.
VOLTIC
En Mallorca, la start-up Voltic nos invita a «tomar el control» de nuestra casa, sin necesidad de obras ni de cables. El cofundador de la compañía, Borja Roca, sitúa en un 40 % el ahorro eléctrico que se puede lograr en la factura mensual a través de la inteligencia artificial aplicada al hogar. Se consigue, por ejemplo, gracias a los avisos que recibimos en nuestro teléfono móvil si, minutos después de haber salido por la puerta, alguna luz de nuestra vivienda continúa encendida. «Un hogar inteligente –explica Borja– es aquel que nos habla directamente a través de WhatsApp». Mediante la aplicación más universal nuestra casa nos avisará si nos hemos dejado alguna ventana abierta, o nos invitará a modificar la temperatura del aire acondicionado si no está resultando 100x100 eficiente.
EMPRESAS
En Voltic presumen de poder transformar nuestra vivienda sin necesidad de cambiar una bombilla ni un electrodoméstico. «Nos metemos detrás de la caja eléctrica para trabajar y darle la vuelta a la casa», subraya Roca, quien admite sin embargo las «resistencias» que todavía encuentran para llevar a cabo una transformación a la cual ya sí se ha sumado el mundo de la empresa. Y es que –señala Roca– la aplicación de la tecnología a la industria se ha convertido en una «necesidad empírica», mientras en el ámbito particular se sigue percibiendo como un bien de lujo y, por tanto, aplazable en el tiempo.
Empresas de todo tipo saben bien que las instalaciones inteligentes pueden servirles para ahorrar enormes costes de producción o para rebajar de manera sustancial la factura eléctrica. Y por ello acuden a Voltic, donde a estas alturas se plantean incluso dar una vuelta a su start-up a fin de priorizar aquella línea de negocio que mejor responde. «Cuando se haya generalizado la tecnología en la industria quizás llegue el momento del hogar», concluye el cofundador de esta incipiente compañía isleña.
BOOKINTER
Impulsada por la incubadora de empresas del Parc Bit #Emprenbit, la start-up Bookinter se presenta como una ayuda esencial para los propietarios de viviendas turísticas a la hora de obtener el máximo rendimiento por cada alquiler. «Nuestro objetivo –explica su jefa de Operaciones, Raquel Arrue– es conseguir un turismo de calidad rentabilizando al máximo cada vivienda».
VIVIENDA VACACIONAL
Y es que, gracias a tecnología basada en Inteligencia Artificial, Bookinter analiza el registro histórico de reservas y el volumen de búsquedas de la zona para calcular el precio más alto y con mayor duración de la reserva. «Calcula el precio del alojamiento y lo modifica a tiempo real de forma automática», señala Raquel, empeñada en que resulte viable un modelo económico basado en el turismo sin necesidad de tener que alcanzar la masificación para obtener pingües beneficios: se trata, en definitiva, de contribuir a la economía sostenible a través de la aplicación de revenue management de alto nivel en alquiler vacacional que aumente el beneficio por pernoctación y reduzca la necesidad de elevadas ocupaciones.
Bookinter ofrece además a los propietarios de viviendas turísticas un servicio de gestión que incluye la implementación de planes de eficiencia energética que permitan convertir las viviendas en sostenibles. Además, la innovación en el modelo de negocio incorpora mecanismos que favorecen la economía circular y fomentan el consumo de servicios y productos locales entre los huéspedes.
BALEARES
Igual que ocurre con Bookinter, son muchas las empresas con sede en las Islas que hoy desarrollan proyectos basados en la Inteligencia Artificial y orientados, la mayoría, al sector turístico. Lo hace también, desde el Parc Bit, la compañía APSL –Advanced Programmed Solutions SL–. Su gerente, Toni Aloy, aplaude de hecho la actual ebullición existente tanto en el Parque Tecnológico como en el conjunto de Mallorca. Y cree que el recorrido existente por delante es «inabarcable». «Cuanto más te adentras en este mundo –confiesa–, más posibilidades de aplicación surgen para mejorar nuestras vidas».
Aplaude Aloy la forma en la que la IA se ha generalizado gracias a Siri y a Alexa, pero recuerda al mismo tiempo que se trata solo de «un primer paso» para transformar nuestras viviendas en espacios inteligentes que se adelanten a nuestras necesidades, conozcan nuestros gustos, y nos ayuden a ser más ecológicos y más económicos. «Interactuar a través de los asistentes de voz –admite– es un paso importante, pero para que la vivienda aprenda nuestros hábitos, usos y costumbres necesitamos más sensores en el hogar».
Habla Toni Aloy de lavadoras que se activan automáticamente cuando la electricidad es más barata, o de neveras que tanto nos avisan de que se acaba la leche, como nos ponen en alerta sobre la próxima caducidad del yogur o la carne. Posibilidades «infinitas» que ofrece la Inteligencia Artificial y que van más allá del uso que hoy le damos a esos asistentes al alcance de todos.
Eso sí, discrepa Aloy con Borja Roca respecto a las posibilidades de ahorro que permite hoy la IA en nuestro hogar. Para el responsable de APSL, la inversión es mucha y el retorno que obtenemos, en cambio, «no es tan grande». Por eso, entiende Toni Aloy que la mayoría de personas se den por satisfechas con su asistente de voz, mientras industrias y oficinas ya sí se suman a una tendencia que permite amortizar la inversión en un tiempo razonable.
En todo caso, y al margen de los asistentes de voz, la Inteligencia Artificial ya la tenemos metida hasta la cocina, aunque no seamos muchas veces conscientes de ello: desde las últimas versiones de la Thermomix hasta plataformas como Netflix, desde el robot de limpieza hasta aplicaciones como Spotify, la IA ya impregna cada momento, cada rincón de nuestras vidas. Y nuestra es la responsabilidad de hacer de ello un uso a su vez inteligente para evitar los efectos perversos –que también existen, como ya se ha podido comprobar– de la Inteligencia Artificial.
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