De Mallorca a Australia, una nueva vida desde cero
Jóvenes mallorquines viajan a la otra punta del mundo atraídos por las posibilidades de trabajo
Marc Cayuela, en estas imágenes disfrutando del paisaje australiano, decidió en una semana partir a la otra punta del mundo para dar un vuelco total a su vida.
En el siglo XVIII el objetivo de muchos jóvenes era «hacer las Indias», rumbo a América; en el siglo XIX y XX, hombres adinerados escogieron los países mediterráneos, pasando por España, Italia, Grecia, para un viaje, muy popular en aquellos años para emprender en un momento de impás... Ahora, en pleno siglo XXI, la peregrinación, especialmente de jóvenes en busca de un futuro mejor, sigue a la orden del día. Es probable que más de un lector sepa de un amigo o el familiar de alguien que, de buenas a primeras, y con una aparente vida resuelta, lo deja todo y parte... a Australia. Cada año unos 10.000 españoles solicitan visado a ese país, la mayoría con un sueño en común: dar un giro de guion en sus vidas y disfrutar de las múltiples ventajas que ofrece el territorio australiano.
«Aunque ofrecemos asesoramiento para emigrar a muchos destinos como Irlanda, Canadá o Estados Unidos, casi un 90 por ciento de nuestros clientes optan por Australia», explica Eduardo Casado, de la agencia Global Way. ¿El motivo de tanta popularidad? Su calidad de vida (con un sueldo mínimo de 2.080,5 euros y un paro del 5 por ciento); las facilidades de obtener visado; ser un país de habla inglesa (perfecto para mejorar el muchas veces escaso nivel de inglés de los españoles); las oportunidades laborales que ofrece y el ambiente cosmopolita. «La mayoría van con visa de estudiante, que les permite trabajar y estudiar, bien cursos de inglés o cursos profesionales, como de especialización en márketing, de instructor de yoga o de carpintería, por ejemplo».
Poner un pie en Australia cuesta en torno a los 4.500 euros, teniendo en cuenta billetes de avión, seguros médicos, visados, alojamiento y cursos. «Es caro pero no es para ricos», insiste. El mallorquín Marc Cayuela no se lo pensó dos veces. La misma semana en que pidió información a la agencia se decidió y en dos meses se plantó en Sidney. Se encontraba estancado y sentía la necesidad de cambiar de aires. «Como te lo pienses no lo haces», advierte. Ahora estudia inglés y trabaja, como lo hacía en España, de mecánico de coches, pero cobrando el doble. Aprovecha los fines de semana para explorar y probar experiencias nuevas. Se ha sacado, desde que llegó en junio, tres cursos de buceo. «Cada día ocurren historias, porque todo es diferente. Siempre estás aprendiendo». Sin embargo, en la vida del inmigrante se sufre: es difícil hablar con la familia, teniendo en cuenta las diez horas de diferencia horaria, o el verse alejado del círculo social. «Para mí lo peor es que una cerveza cueste 12 euros. No lo concibo», bromea.
Aprendizaje
Laura Montañez y Rubén Torres son otros dos jóvenes mallorquines que partieron con sus ahorros hace ahora cinco meses, con el objetivo de aprender inglés y ver mundo. Rubén siempre había tenido vena de aventurero y un deseo acallado de viajar al extranjero, lejos de la Isla en la que había vivido desde niño. Era una meta personal. El detonante fue quedarse a las puertas de ser director de fotografía en Vietnam por su insuficiente nivel de inglés. Cuando poco después Laura se quedó sin empleo vieron ambos el momento perfecto para partir rumbo a lo desconocido. Empezaron de cero. «Redirigir tu vida a veces cuesta mucho si estás en un mismo lugar. Cuando te marchas lejos es más fácil, porque sí o sí tienes que hacerlo y no tienes la presión social de lo que los demás esperan de ti», reflexiona Laura. Estos meses han sido para la pareja excitantes y muy difíciles a la par, pero Rubén se queda con el redescubrimiento personal que le ha brindado la experiencia. «Te cuestionas cosas, descubres partes de ti que desconocías... Creces en un año lo que lo harías en tres y cuando vuelves ves que todo está igual. A cualquiera que se sienta estancado le recomendaría, sin duda, emigrar».
Quin desastrePues sigue votando a la izquierda....las colas se harán cada vez mas largas y al final nos tendremos que ir todos a Australia...pronto pronto.
JubiladoPoco lees y poco mundo recorriste.
La política de Australia respecto al alcohol es evitar que sea una droga fácil de consumir.
Por lo contrario, aquí en España tenemos normalizada esta adicción y no la reconocemos como tal. Encima nos ofendemos cuando se menciona.
Bueno,llamadme tonto ,pero yo quiero estar como en la imagen y poder tirarme al agua sin pesar si perderé un brazo,una pierna o medio tronco,o estar sentado en la hamaca de mi jardín y no pensar si acabaré en el estómago de un aligator,o que un terrible incendio pillara mi casa aúnque este a una distancia como de andratx a Capdepera,etc,etc
No solo es mirar el sueldo. Hay que mirar lo que vale lo demás, porque si el sueldo es alto, pero lo demás también lo es, estamos en las mismas. Es cuestión de hacer números y mirar lo que conviene y apetece.
Mr. BeanYo creo que tiene mucho sentido cuando aquí, por mucho cambio de gobierno que haya, siempre tenemos la misma historia y los impuestos muchas veces no sabemos a donde van a parar. Además alli estan en plena expansión económica ahora.
No tiene sentido emigrar a las antípodas, para ganar el doble si una cerveza cuesta 5 veces más que aqui y quien dice una cerveza es en general todo. Lo único bueno es que aprendes inglés y disfrutas de un paisaje salvaje y poco degradado.
12 comentarios
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Con todos mis respetos, que lleve 3 cursos de buceo en Australia lo dice todo.
Quin desastrePues sigue votando a la izquierda....las colas se harán cada vez mas largas y al final nos tendremos que ir todos a Australia...pronto pronto.
JubiladoPoco lees y poco mundo recorriste. La política de Australia respecto al alcohol es evitar que sea una droga fácil de consumir. Por lo contrario, aquí en España tenemos normalizada esta adicción y no la reconocemos como tal. Encima nos ofendemos cuando se menciona.
Quin desastreLamento que tengas que ir a las ¨colas del hambre¨. Deseo que pronto encuentres trabajo.
Entiendo que, para que un camarero gane más del doble que en España tenga que vender la cerveza a 12 euros.
Bueno,llamadme tonto ,pero yo quiero estar como en la imagen y poder tirarme al agua sin pesar si perderé un brazo,una pierna o medio tronco,o estar sentado en la hamaca de mi jardín y no pensar si acabaré en el estómago de un aligator,o que un terrible incendio pillara mi casa aúnque este a una distancia como de andratx a Capdepera,etc,etc
No solo es mirar el sueldo. Hay que mirar lo que vale lo demás, porque si el sueldo es alto, pero lo demás también lo es, estamos en las mismas. Es cuestión de hacer números y mirar lo que conviene y apetece.
Mr. BeanYo creo que tiene mucho sentido cuando aquí, por mucho cambio de gobierno que haya, siempre tenemos la misma historia y los impuestos muchas veces no sabemos a donde van a parar. Además alli estan en plena expansión económica ahora.
Ole por la gente que tiene pelotas de hacer un cambio tan radical en su vida. Me quito el sombrero!
No tiene sentido emigrar a las antípodas, para ganar el doble si una cerveza cuesta 5 veces más que aqui y quien dice una cerveza es en general todo. Lo único bueno es que aprendes inglés y disfrutas de un paisaje salvaje y poco degradado.