«Si llegara el sexto hombre a mi vida, no me casaría con él» | Click

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Isabel Coll, empresaria, propietaria de la boutique Co&Co, de 57 años de edad, de buena familia, madre de cuatro hijos, abuela de un nieto y casada legalmente en tres ocasiones, y en pareja en dos, no pierde la esperanza en encontrase de nuevo con el amor, «aunque esta vez, si llega –dice– será distinto».

Isabel acude a la cita con su hijo, fruto de su segundo matrimonio, quien discretamente se sienta al lado de su madre en el bar donde hemos quedado, aislándose completamente con su móvil.
«No viene de carabina –susurra–, sino que me acompaña porque luego nos vamos juntos a ver Avatar».

Matrimonios y parejas

Cinco relaciones, más otras fugaces entre relación y relación, pensamos que son muchas. «Porque te animas un poco más y alcanzas a Zha Zha Gabor, que se casó nueve veces», le decimos. Isabel se ríe. «No creo que llegue a tanto…». Luego, echa la vista hacia atrás y hace memoria… «La primera vez que me casé era muy joven… También lo era él, al que conocí a los 15 años y con el que me casé a los 24. Tuvimos tres hijos, y si nos separamos fue por desgaste, porque éramos demasiado jóvenes cuando empezamos a relacionarnos, porque habíamos iniciado nuestro noviazgo siendo prácticamente unos críos, y porque con el paso del tiempo todo pasa, el amor y la pasión pierden fuerza… Pero con él, a día de hoy –apostilla– me sigo llevando muy bien».

Su segundo matrimonio duró poco tiempo. Y explica los motivos... «A él le gustaban las Matemáticas cuánticas, el estudio del átomo, las moléculas y cosas de esas…. Era muy cerebral, ¿sabes?, por lo que no solía hacer nada si no lo había pensado o meditado, mientras que yo soy muy creativa. Estuvimos juntos durante cinco años y tuvimos un niño, el que me acompaña. Con él, hoy –zanja esta etapa– apenas tengo relación»

A esta relación siguió un periodo de tiempo con amores cortos, a veces apasionados... «Porque la vida sigue y tú sigues con ella…–piensa en voz alta–. Hasta que apareció uno que me atrapó de nuevo».
Recuerda que era una gran persona, y supongo que lo debe seguir siendo… «Para mí, el más bueno de todos. Pero nuestro amor solo duró tres años… Todo por culpa de los negocios… Los perdió todos y me perdió a mí. No nos casamos…. Y ahora mismo tampoco mantengo ninguna relación con él. Es más, no sé dónde está, ni qué hace. Fue una pena», dice con tristeza.

Aprendiz

Pero la vida continúa, y a poco llegó el cuarto. «No nos casamos, sino que convivimos durante tres años. Lo cogí siendo un aprendiz en esto del amor –sonríe al recordarlo–, le enseñé lo que era, convirtiéndole en un maestro, y cuando lo fue, quiso volar solo, por lo que tuve que dejarle. ¡Hasta aquí hemos llegado!, le dije cansada de sus idas y venidas… Pero como lo nuestro fue como una hoguera –vuelve a sonreír–, quedó, como en todas las hogueras, un rescoldo que podría volver a encenderse, y no por mí, porque lo tengo muy claro. Quiero decir que por mi parte no hay nada que hacer».

Su último, y a la vez tercer matrimonio, duró seis años. «Estuve tan enamorada de él, que lo dejé todo por él. Y es que me sentía muy segura a su lado. Sí, muy segura... Pero con el paso del tiempo las cosas cambiaron. Aquel Mercedes Benz full equipo, que es cómo se había presentado, y que yo creía que era así, con el paso del tiempo se convirtió en un patinete sin motor, o lo que es lo mismo, en mi mayor decepción…». Total, que con el paso de los años, está como cuando tenía 15, soltera y sin compromiso, aunque a sus espaldas con cinco experiencias, cinco parejas, cuatro hijos y un nieto, producto de dos relaciones…

¿El karma...?

¿Cuál puede haber sido el motivo de una vida sentimental con tanto vaivén…? Isabel de nuevo sonríe… «No sé… –duda–. Eso lo he pensado muchas veces, llegando a la conclusión de que si me ha pasado todo esto es porque, a lo mejor, en una vida anterior, si es que la tuve, debí hacer algo mal y ahora el karma me lo devuelve.

Digo yo que debe de haber sido por eso… Porque sino, es que no me lo explico, ya que siempre me he entregado al amor, siendo fiel a la persona con la que he estado… Mientras tanto… Pues sigo con mi boutique y haciendo eventos, como Mujeres reales, que convoqué y celebré hace unas semanas en Ses Tres Germanes, tras los años que no fue posible a causa de la pandemia. Por lo demás, me cuido mucho, soy extrovertida, coqueta, económicamente me defiendo, eso sí, a costa de trabajar mucho, ya que hoy nadie te regala nada, y… Pues que, a pesar de haber tenido cinco parejas, no arrojo la toalla… No quiero decir que tenga ganas de volver a casarme… Porque si apareciera el sexto, no me casaría, pero sería su mejor amante. Iríamos a cenas, a bailes, de viaje, que pagaríamos a medias, ¿por qué no?, y al regreso me iría a mi casa.

Quiero decir que no formaría un hogar, pero mientras estuviera con él, le sería fiel, como siempre he sido con las personas que he estado… Aunque –se queda pensativa dos segundos– nunca puedes decir que de esta agua no beberás, y más cuando, como yo, sueño con el amor… Sí, sueño, y creo que algún día aparecerá esa persona que me querrá por cómo soy».

Consejos

Finalmente le preguntamos qué consejos daría a una mujer para que pudiera superar una separación. Consejos basados en su experiencia… «Mi consejo sería muy simple. En primer lugar le diría que se rodee de su familia; segundo, que trabaje; y tercero, que sonría a la gente para que nunca la vean afectada. Aparte, que llore mucho, sobre todo al principio de la ruptura, y que se duche con agua fría…. Que se maquille y se ponga guapa. Y, sobre todo, que no se sienta culpable. Porque la vida sigue, y porque siempre hay que estar preparada para lo que te traiga». Finalmente, apostilla: «Durante el relato he procurado ser lo más delicada posible sobre lo que he contado, ya que en una separación, sobre todo al principio, no sueles tener esa delicadeza».