Perelló explica que tienen que hacerles las pruebas de la alergia, ya que el acrílico suele generarlas cuando está en forma monomérica (antes de aplicarlo). «Lo que produce la alergia es la fórmula inicial», precisa. Por tanto, las usuarias no suelen verse afectadas, a no ser que utilicen mucho estos productos. Los efectos más comunes que provocan las alergias a los esmaltes de uñas semipermanentes son que le piel se pone roja y se desescama, en un primer momento; empieza con una inflamación en los pulpejos de los dedos, especialmente con los que se manipula. Posteriormente, puede haber fisuras y dar lugar a un eccema crónico.
La dermatóloga también destaca que es muy importante incluir estas alergias en el historial médico de la persona afectada, puesto que muchas prótesis e implantes llevan acrílicos. Por tanto, las personas afectadas también ven limitada la posibilidad de ser sometidas a determinadas prácticas médicas, tales como la colocación de algunos implantes dentales o prótesis que lleven acrílicos. Además, avisa que esto supone un problema de índole laboral, ya que muchas esteticistas son autónomas y no pueden ser recolocadas en otros puestos de trabajo.
El esmalte semipermanente también puede provocar efectos adversos en las usuarias, pero menos frecuentes que en las esteticistas. Entre los más comunes se encuentran que las uñas se ponen más frágiles y se rompen con más facilidad. Es más inusual que provoquen alergias.
Estos riesgos están despertando muchas alarmas y cada vez hay más expertas que lo están poniendo de manifiesto en las redes sociales. Por citar un ejemplo, es te es el caso de Deborah García Bello, Científico, Química, investigadora y divulgadora científica, que se centra en el peligro de la luz ultravioleta de las lámparas de secado.
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