Mica está a punto de culminar el camino, esta vez con poca gente por el frío y la crisis que padecemos. | Click

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Estuvimos hablando, vía móvil, con Mica, el de Las Ovejas y tratamiento de alcoholismo, y nos recordó que ahora no estaba en Mallorca, que llevaba cuatro meses fuera, rulando por España, entre Valencia, donde finalizó sus estudios como psicólogo sanitario, y Barcelona, completando su dilatada formación psicoanalítica de seis años en una de las academias más prestigiosas de Europa, y que en esos momentos le pillábamos recorriendo por décima vez el camino de Santiago. Concretamente, le llamamos estando él en la zona de León, hasta donde había llegado, tras 18 días de marcha desde Pamplona, por lo que le quedaba poco por llegar a la plaza del Obradoiro, en Santiago. Entre otras cosas, nos dijo que a final de mes, una vez culminado este periplo, regresaba a la Isla para instalarse de nuevo.

«Nunca dejo de trabajar»

Le preguntamos que cómo se las arreglaba para tener libertad de poder viajar por España, y al mismo tiempo seguir trabajando, respondiéndonos con un «yo nunca dejo de trabajar. Gracias al teletrabajo –añadió– mantengo por videoconferencia el grupo de tratamiento de alcoholismo que imparto entre 44 pacientes, además de los últimos que he añadido, pacientes con trastornos no adictivos en terapia individual, a los que atiendo también por videoconferencia, puesto que mi formación y acreditación me permiten tratar cualquier trastorno».

Más que nada por curiosidad, le preguntamos qué tipos de pacientes individuales tiene, sobre todo porque ahora se habla tanto de salud mental en los medios de comunicación, y también como arma política. Su respuesta fue muy concreta: «Soy selectivo y me he especializado en personas de mi quinta, sobre los cincuenta años, y que debido al vertiginoso cambio que ha experimentado esta sociedad, las nuevas formas de comunicación y de socializar, han dejado un vacío existencialista muy grande en esta generación, que produce malestar, estrés, ansiedad y depresión».

Y ya puestos a preguntar, le preguntamos si echa mano de la psicología, psicoanálisis... «Pues eso depende del estado o trastorno y de su intensidad», y aclara a continuación que «no soy psicoanalista, sino psicoterapeuta psicoanalítico… Aunque, a decir verdad, lo mío –reconoció– es complicado a la hora de explicarlo».

Por qué regresa a Mallorca

De repente dejamos de escuchar sus pisadas sobre la grava del camino. Aprovechando que habla con nosotros, y que lleva largo tiempo andando, decide tomarse un descanso en un banco en la entrada de un pueblo. Tras dejar que se tome un respiro, volvemos al ataque. Le preguntamos por qué regresa a Mallorca, si con el ordenador ya tiene su herramienta de comunicación: «Pues porque La Roqueta es mi casa y regreso a ella con el fin de abrir una consulta, además de tener cerrados algunos proyectos con medios de comunicación».

¿Y con el alcoholismo, también volverás a lo presencial?, nos da la impresión de que no le dejamos ni respirar. ¡Que coñazo de tío! seguro que debe pensar… «Pues no –contestó rotundamente–. Me he sorprendido de las ventajas que tiene el grupo por videoconferencia, entre otras porque los desplazamientos ya no son necesarios, no hay que aparcar, en las terapias, al hacerse desde casa, hace que el familiar se encuentre más tranquilo ya que lo tiene a su lado, y especialmente por los resultados conseguidos a través de ellas, donde apenas ha habido recaídas y abandonos. Por ello considero que han sido un exitazo».

El camino es como una terapia

Dicho lo cual, regresamos al principio, al camino de Santiago. Muchos años recorriéndolo... «¡Y espera!, que por mí, encantando de seguir haciéndolo mientras pueda. No es que trate, con ello, de ganarme el cielo. El camino es como una terapia, a veces vas solo, lo cual te da para meditar, a veces en compañía, y así puedes hablar… El camino hay que vivirlo de una manera y de otra… O si es posible de las dos, porque… A ver… ¿Desde hace cuántos años te estoy proponiendo que te vengas a hacerlo…? ¿Catorce? ¿Quince? Pues ten por seguro que un día te traigo a que lo hagas. Y si vienes, verás que el camino es mágico. Y por supuesto muy duro en estas fechas, sobre todo por las adversidades climatológicas y por el frío intenso que notas en esta zona de España, de ahí, y por lo que estoy viendo, que seamos pocos los peregrinos… Me he encontrado con cuatro o cinco, no más. ¿Los motivos? Frío aparte, es evidente que la crisis energética ha hecho mella. Lo digo porque muchas pensiones y albergues no abren porque les sale más costoso poner la calefacción para unas pocas personas…».

Tras desearle un buen camino en lo que le resta del mismo, quedamos en vernos en unos días, en Palma. Eso sí, recordó que sigue activo en todas las redes, pero que si alguien quiere ponerse en contacto con él, que lo haga a través del número 672 347 840.