Se pasó tres meses en coma, en la UCI, despertándose sin acordarse de nada.

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El pasado domingo se disputó la Isla Race, una de las carreras más duras que se celebran en Mallorca a lo largo del año, ya que, entre otras cosas, el participante se ha de enfrentar a diversas dificultades, como correr sobre el fango, subir una rampa casi vertical con una cuerda, durante un tramo del recorrido cargar con pesos, hacer una travesía a nado, etc.

En dicha prueba participaron numerosos atletas de todas las edades, siendo el de más –a punto de cumplir los 78– Francisco Martínez Fernández, Willy en el mundo del deporte, conocido por su amplísimo historial en el campo de las artes marciales, en las que, así, a vuela pluma, es 10º dan en kung fu, 2º dan en kárate, 1º dan en taekwondo (según la Federación Española), y 5º, según la Federación Coreana, además de profesor de kik boxing, preparador físico del equipo de ciclismo olímpico para la Olimpiada de Seúl, dueño y director de gimnasio, organizador de la Valldemossa-Palma, etc.

Si lo traemos hoy a esta página no es por su envidiable currículo deportivo, ni por haber participan en tan dura prueba con casi 78 años, sino porque su participación debe de servir de estímulo y ejemplo a atletas, sean principiantes, sean consagrados. Ejemplo, sobre todo, de superación. Ejemplo de que ‘si quieres, puedes’…

El accidente

Y es que Willy, exactamente la noche del 5 de septiembre de 2014, yendo en su moto a velocidad moderada, y llevando con él a su mujer, en la curva del Son Antem, en el km 19, en dirección a Llucmajor, al notar que la dirección se le quedaba bloqueada, frenó… «Sentí que saltábamos por los aires… Y cuando, tres meses después, me desperté en la UCI, poco a poco me fueron contando lo que sucedió entre esa noche y ese día, puesto que yo ni me enteré. Ya digo, tres meses estuve en la UCI, en estado vegetativo. Y entre otras cosas, me enteré de que mi mujer había estado un mes donde yo… Luego me pasaron a planta, donde me pasé otros tres meses, como quien dice aprendiendo desde hablar a caminar… Me contaron que durante mi tiempo en la UCI a mis hijos les decían que de mañana no pasaba… Y es que quedé prácticamente destrozado, tanto por fuera como por dentro…».

Tras el esfuerzo, llega el premio. En la foto, con Damián García, su amigo.

El milagro de la Navidad

A continuación, y a vuela pluma, nos cuenta su deterioro: «Me rompí nueve costillas, el esternón, un brazo… Se me lesionó el bazo, el hígado, los riñones, los intestinos, el corazón… Sí, quedé hecho polvo, tanto que me diagnosticaron traumatismo torácico y abdominal grave, lo cual significaba no poder caminar, ni apenas hablar, y quedarme en 45 kilos… Recuerdo que me llevaban de la cama a la ducha en una especie de grúa, y que la recuperación la inicié en mi habitación. Poco a poco, con mucho dolor según lo que hiciera… –el rostro de Willy se va iluminando a medida que recuerda–. Un día, en que estaban los médicos visitándome, me incorporé de la cama y, a base de no pocos esfuerzos, me puse de pie delante de ella… Y los doctores, al verme, alucinaron, tanto que a aquello lo llamaron ‘El milagro de Navidad’, pues nadie, ni siquiera ellos, imaginaban que mi progreso iba a ser tan rápido. Yo les dije que de milagro, nada. Que todo había sido a fuerza de constancia y fe en uno mismo».

Durante la carrera notamos dos cosas en Willy: barriga un tanto hinchada y dificultad a la hora de levantar el peso y llevárselo a la espalda… «Bueno, eso son secuelas de lo que tuve. Parece que estoy hinchado porque tengo una hernia abdominal, que disimulo con una faja que me pongo, y que cuando me la quito se me nota más. Y lo de levantar peso… Pues también tiene su explicación: en el brazo izquierdo, a causa de la caída, llevó una placa con nueve tornillos, lo cual hace que no pueda levantar según que peso… Pero, pese a todo, lo intento, eh…».

Para Willy, el haber participado en esta prueba significa «dar un paso más. Participé en la del año 2021, cuando pensaba que no podría, pero pude, y he participado en esta…Y eso significa dar un paso más en mi recuperación. Y eso es lo que debemos hacer todos ante las dificultades que nos pone la vida. Puedes caer, pero levántate, y si te cuesta, inténtalo poco a poco. Pero nunca dejes de hacerlo, nunca lo des por perdido. Porque peor de lo que me dejó aquel accidente… Sin embargo, ya me ves…Y el año que viene lo intentaré de nuevo. Y si lo consigo será buena señal para intentarlo en el siguiente». Willy es un ejemplo como deportista, y lo es también porque los momentos difíciles los ha sabido superar.