¿Qué le trae a la Isla?
–Siempre he sentido apego por la Isla. En 1999 fui invitada por la reina Sofía para hacer un desfile benéfico en el Castillo de Bellver y quedé encantada. Adoro el clima, la arquitectura, las flores, el estilo de vida… De hecho, tengo raíces españolas: mis abuelos eran de Santander.
¿Qué colección presentará?
–Es una colección inspirada en Mallorca y en la flor del cerezo. También en los molinos, como un símbolo de la Isla. Las texturas serán muy leves, con materiales nobles como lino, seda pura o chifón, y muchas prendas están pintadas a mano. Quiero mostrar lo que hace Rosita Hurtado, una moda muy sensual, alegre y descontraida, donde se muestra a una mujer segura de sí misma.
Con solo siete años ya sabía que quería ser diseñadora…
–A esa edad hacía desfiles de moda en el patio de mi casa. Mi mamá era una diseñadora nata; en aquel entonces no se conocía el diseño de moda como una profesión, solo eran sastres o costureras. Mis tías eran costureras; mi mamá diseñaba la ropa, mis tías la confeccionaban y yo hacía los desfiles de moda. Desarmaba las prendas que me gustaban, les sacaba el patrón e intentaba confeccionarlas de nuevo.
Ha estudiado en Bolivia, Londres, Brasil, París, Estados Unidos y ahora sigue formándose en La Tecnocreativa, en Madrid...
–Uno nunca termina de aprender. He manejado mucha gente en los talleres y creo que, para poder dirigir a las personas, hay que saber trabajar. Hoy muchos diseñadores hacen un trazo sin saber dónde va un corte. Así es imposible que nadie pueda interpretar ese diseño. Yo conozco mi profesión de principio a fin.
En Miami empezó de cero...
–Cuando llegué a Estados Unidos ya era una diseñadora famosa en mi país y salía a Europa para participar en desfiles de moda. Pero acepté el reto, porque en Bolivia ya lo había logrado todo. Estados Unidos brinda muchas posibilidades y si te enfocas puedes crecer. Seguí estudiando en la universidad, conocí la idiosincrasia del país y, en paralelo, comencé a mostrar mi ropa en tiendas de alta costura y empecé a vestir a artistas, lo que me llevó a ser una diseñadora conocida. Una artista me llevaba a otra.
En 1981 fue coronada como Miss Bolivia, ¿le ayudó en algo?
–Yo odiaba ser Miss. Lo mío era el diseño de moda. En Sudamérica se le daba mucha importancia al ‘Reinado de Belleza', y yo era modelo. Fui elegida para representar a Bolivia en Sidney. Pero justo en ese momento quedé embarazada de mi primer hijo; mi mamá me decía: «Te has quedado embarazada porque no quieres ir al concurso» (ríe). Soy la única diseñadora del mundo que ha vestido a siete países en Miss Universo.
A lo largo de su carrera ha organizado muchos desfiles benéficos, y es la fundadora de Latin Angels...
–Es una fundación que fue creada para aportar en la creación de escuelas y hospitales en lugares necesitados de Bolivia. También apoya los proyectos de otras organizaciones en todo el mundo.
¿Por qué es importante aportar ese pequeño grano de arena?
–Todo lo que Dios nos da, en mi caso una carrera exitosa, debemos devolvérselo a la sociedad.
Moda nupcial, streetwear, vestidos de gala... Abarca muchos estilos, ¿con cuál se queda?
–Tengo cinco líneas de ropa, pero me quedo con la alta costura, la ropa de gala y de noche... No soy muy creativa con el ready to wear, pero lo logré con Ixoye, una línea casual y urbana con un propósito cultural: mostrar la cultura latinoamericana a través de la ropa, para que los niños se sientan orgullosos de sus raíces.
¿A quién le gustaría vestir?
–Más que clientes, he conseguido amigos. Es lo más bonito de mi profesión. En Estados Unidos me gustaría vestir a Harry Styles; me recuerda a Juan Gabriel, porque es un icono y tiene su propio estilo. Y en España me encantaría vestir a la reina Letizia.
El apunte
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1 comentario
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Sí, y además en Mallorca uno no termina nunca de decepcionarse. Forma parte de nuestra genética peculiar.