Cerca de mil personas llenaron el recinto de Bodegas Macià Batle para disfrutar de un extraordinario recital. | Youtube: Mallorca Magazin TV

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Solidaridad, música y gastronomía local maridaron a la perfección la noche del sábado en las Bodegas Macià Batle de Santa Maria del Camí, donde se reunió cerca de un millar de personas para disfrutar de la décima edición del Concert de la Lluna a les Vinyes. Una Nit de Sarsuela a cargo de la Orquestra Simfònica de les Illes Balears, que ofreció un fantástico recital bajo la precisa batuta de Pablo Mielgo, y con dos voces extraordinarias, las del tenor Joan Lainez y la soprano Marta Bauzà. Un concierto con el que también se rindió un sentido homenaje a Josef Egger, impulsor de la Simfònica, que falleció en noviembre de 2022.

La pasión por la buena música no era el único reclamo del evento, que apeló al altruismo social. El fin de la velada era recaudar fondos para la ONG mallorquina Amics de la Infància, una entidad que contribuye a mejorar las condiciones de vida de niños y niñas que viven en situación de extrema pobreza a través de proyectos de cooperación y desarrollo en Perú, Bolivia e India.

Una noche mágica

Acercándose el ocaso, con las viñas bañadas por la luz dorada, a las 20.30 horas se abrieron las puertas de las bodegas, donde al público le aguardaba una exquisita degustación de gastronomía local. Al entrar, ataviados con sus mejores galas, recibieron un vaso de cristal, en compromiso con el medio ambiente, y acto seguido se dirigieron a las carpas habilitadas en el recinto; en ellas se encontraron con creativas tapas de Ca’n Pintxo, de carn de porc negre, sobrassada y pico de gallo, acompañadas por galleta crujiente. Por su parte, Turquesa Catering ofreció croquetas de cocido y de espinacas. En el puesto del Forn Ca Na Teresa degustaron deliciosos tasts compuestos por panada, cocarroi y llonguet con sobrassada de porc negre de Can Company. La DO Mahón estuvo presente con queso Mercadal junto a su mejor acompañamiento, las galletas Quely. Y no podía faltar el postre, ensaimada del Forn Ca Na Teresa, junto a un refrescante helado de almendra Fet a Sóller, perfecto para una calurosa noche de verano. Coca-Cola aportó su clásico refresco, así como algunas de sus novedades, como el Royal Bliss o el Appleteiser, buenos amigos de los combinados. Con la bebida se entregaba una bolsita de frutos secos de Almendras Capó. Mención aparte merecen los vinos de Macià Batle, muy demandados por el público asistente, que ofreció su Blanc de Blancs, un rosado pálido y un tinto, todos premiados con el Bacco de Oro, que otorga la Unión Europea de Catadores y es el mayor galardón que existe en España.

Un evento de estas dimensiones jamás sería posible sin la colaboración de los voluntarios, que organizaron el evento y atendieron los puestos gastronómicos, y Bodegas Macià Batle, cuyo patrocinio ha sido clave en la celebración de las diez ediciones del Concert de la Lluna a les Vinyes. Y no podemos olvidarnos del Grup Trui, encargado de la coordinación y el apartado técnico, brindando un servicio de primer nivel.

La seguridad también es un aspecto esencial en un evento como este, y de ella se encargaron el equipo de GPS Seguridad, perfectamente coordinado con Quirónsalud, que desplazó hasta el lugar una ambulancia con su respectivo equipo sanitario.

Después de la cena, al claro de luna, entre viñedos de plata, llegó la hora del concierto, presentado por Paula Serra, directora de Audiovisuales del Grup Serra; y Alex Sepasgosarian, director de Mallorca Magazin, quienes agradecieron al público su presencia, y a la Orquestra Simfònica y a todas las empresas colaboradoras, su compromiso con Amics de la Infància. A las 21.30 horas, con el aforo completo, la Orquestra Simfònica de les Illes Balears subió al escenario. Dirigida por el maestro Pablo Mielgo, y acompañada por las voces privilegiadas de la soprano Marta Bauzà y el tenor Joan Lainez, la Simfònica ofreció un recital en el que el encanto lírico de la zarzuela maravilló al público. Así, el concierto arrancó con el Preludio de El tambor de Granaderos, de R. Chapí, pieza a la que le siguieron La roca fría del Calvario (La Dolorosa), de J. Serrano; Lágrimas mías (El anillo de hierro), que firma P. M. Marqués;otro Preludio, esta vez de la obra El Bateo, de F. Chueca; De este apacible rincón (Luisa Fernanda), de F.M. Torroba; y De qué me sirve (Los diamantes de la corona), de F. Barbieri. Tras una breve pausa, la música siguió con las composiciones Danza Árabe y Paxarin tú que vuelas, de P. Luna;No corté más que una rosa, No puede ser y Todos lo saben, Dúo, de P. Sorozábal; Intermedio y La leyenda del beso, de R. Soutollo y R. Vert y, para acabar, La boda de Luis Alonso, de G. Giménez. Tras el recital, ovacionado por el público, la fiesta no acabó, y es que el DJ Gaspar Sampol tenía una selección de temas preparada para seguir hasta medianoche. Un año más, el Concert de la Lluna a les Vinyes no defraudó a nadie.