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Carmen Lomana ha vuelto a elegir Mallorca para pasar unos días de merecido descanso. Relajada nos ofrece su entrevista más íntima.

Otra vez en Mallorca y por lo que se en un momento vital muy importante...
— He venido a uno de los lugares del mundo que más me gustan. En Son Caliu me cuidan pero es que además tengo amigos que también hacen que la Isla me guste cada vez más. La gente es tan simpática que no puedo parar de dar gracias por todo el cariño que me demuestran.

¿En qué momento de su vida está?
— En un momento de agradecimiento total y absoluto. Tuve una operación bastante seria de un tumor de parótida así que me llevé un susto bastante grande. Gracias a Dios no había células malignas. Ha sido una operación dura, y me angustié mucho. Me siento agradecida por estar viva y por haber sentido de nuevo ‘la insoportable levedad del ser'. Cuando llegas a ese conocimiento supremo, marca un antes y un después. Me digo a mi misma; ‘Carmen no protestes por nada, se feliz, disfruta del trabajo que te encanta, agradece el cariño'.

¿Por qué cree que la gente, sea de donde sea, le tiene tanto cariño?
— Quizás porque no miro de donde vienen. Siempre he sido muy transversal, me he divertido desde niña con gente de todo tipo. Me gusta la gente bohemia, la gente cool, pero también disfruto con los pijos. No soy nada endogámica, soy muy sociable y eso se nota. No soy clasista excepto con la falta de educación. No puedo con la gente mal educada.

Entonces el momento actual será duro para usted…
— No sé lo que está pasando, espero que haya un cambio porque la gente ha perdido la ética, que es lo más definitivo del ser humano evolucionado. Sin ética no hay nada, se ha perdido la conmiseración hacia los demás. Hay una dureza terrible que me da mucho miedo. Se han perdido valores que son muy importantes en la vida de todos.

Según su opinión, ¿A qué se debe?
— Les han inculcado el tanto tienes tanto vales y ese es el mayor error. He pensado en ocasiones si no será premeditado porque la falta de educación convierte al hombre en un juguete manipulable con facilidad. Es ridículo que a las niñas o niños se les organicen comuniones que parecen bodas y se les regale cosas que son propias de un adulto. O que la novia se tenga que poner varios vestidos durante ese día tan especial. Disfruta del de novia y baila y atiende a tus invitados, y déjate de ajetreos. Todo eso es absurdo.

¿Somos materialistas de lo absurdo?
— Horteras, y basta. No está mal tener dinero y saberlo emplear para tener una vida bonita y hacer que la de los demás también lo sea. Tener una posición económica desahogada, digna, proporciona mucha tranquilidad. Tranquilidad y dignidad van muy unidos. No entiendo esa cosa de los efectos demostrativos.

Usted trabaja en programas donde se habla de actualidad. ¿Es fácil opinar a día de hoy?
— Trabajo hasta en la radio y escribo mi columna en La Razón cada sábado y siempre acabo hablando de política porque hacerlo me gusta muchísimo. Sin embargo han acabado por etiquetarme en un tipo de personaje frívolo y he de luchar para poder hablar de lo que de verdad me importa. Han tendido a frivolizarme, sin embargo en política no se pueden decir tonterías. Soy sincera, y digo lo que veo y lo que pienso. Sin embargo hay cosas que no me atrevo a decirlas.

¿Nos estamos autocensurando?
— Ese es otro problema de los tiempos actuales. Has de autocensurarte continuamente. Lo peor es que lo hacemos con cosas ridículas, que no tienen una importancia real.

¿Qué valora más en una persona?
— La honestidad, cumplir la palabra dada, la lealtad y por encima de todo. la bondad. La gente mala, que la hay, no comparte ninguno de esos valores. No entiendo que alguien con cabeza presuma de haber abortado en varias ocasiones y que lo haga de manera pública. ¿A quien beneficia esa confesión? De una persona que pasa por dificultades, con cero recursos, puedo entenderlo, pero de alguien supuestamente educado no. Me rompe los esquemas que se presuma de algo que es tan doloroso para las mujeres que han pasado por ello. Además creo en la ejemplaridad.

¿Va a votar en las próximas elecciones?
— Claro que sí. Soy muy partidaria de Ayuso, es el tipo de política que admiro. Creo que es la que de verdad ha liquidado a los de Podemos. Bueno, se han liquidado ellos solos, al igual que Sánchez, que podría haber sido un buen presidente de gobierno, pero él mismo se ha encargado de dispararse en el pie, entrevista tras entrevista, acto tras acto, ley tras ley. Nos ha mentido, pero dice no tener conciencia de haberlo hecho. Pues la lista es larguísima y la hemeroteca esta ahí. Tras las municipales me estoy reconciliando con la vida.

¿Cómo cree que será el futuro?
— Creo sinceramente que gran parte de los españoles tenemos que centrarnos en él y dejar atrás el pasado. A Feijoo, si es elegido presidente, hay que exigirle, no solo pedirle, que haga las cosas mejor que bien. Tiene que sacarnos de este atolladero y hacer de España lo que siempre ha sido, un país acogedor, trabajador, alegre. Hay que sentirse orgulloso de nuevo de ser parte de este país maravilloso.