El presentador Joaquín Prat finaliza sus vacaciones, muy relajado, en la Isla. | Julián Aguirre

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Sencillez y naturalidad son dos de las cualidades que, quienes le conocen, definen a Joaquín Prat. El presentador de televisión pasó su primer verano en Mallorca cuando tan sólo tenía unos meses de edad. «Tengo 48 años, nací en Alemania, y a los pocos meses ya me trajeron a es Capdellà. Desde siempre mi familia ha venido a la Isla. Mis veranos tienen que ver con Andratx, con es Capdellà, con mi madre, mi abuela, mi tía Cecilia, con salir a navegar todos los días porque era la pasión de mi padre, su diversión..., mira me emociono», comenta mientras cierra los ojos y respira hondo.

Joaquín Prat, tras un año intenso de trabajo en Tele 5, comenzará el próximo 11 de septiembre al frente de un nuevo programa, Vamos a ver, tras el cambio de Ana Rosa Quintana a las tardes. «Este año va a ser muy competitivo en el mundo de la televisión porque más que nunca están todas las espadas en alto. En la mañana hay una apuesta muy fuerte, tanto en Antena 3 como en TVE, con un Arús en La Sexta, y nosotros, que tenemos todo por demostrar porque se acabó la era matinal de Ana Rosa, y ahora tenemos que demostrar que estamos a la altura de aquello para lo que nos han elegido».

Desde hace 14 años trabaja en televisión, «pero llevo cotizados 23 porque comencé en radio, con Iñaki Gabilondo. Mi padre siempre dijo que era la mejor escuela si algún día me dedicaba al periodismo, pero el falleció antes de que yo comenzará a hacer televisión». Convertido en uno de los rostros más famosos de la pequeña pantalla, destaca por ser una persona cercana y transparente, donde se le ha visto emocionarse y llorar, en directo, en más de una ocasión. «No me llevo los problemas a casa. Prefiero sacarlo todo en plató. He llorado en directo, durante el confinamiento, lo que no he llorado en los 10 años anteriores. Ningún problema con hacerlo delante del espectador, me alegro, me emociono, me indigno, me cabreo. Intento ser la misma persona dentro y fuera de plató».

Rodeado de un gran equipo de profesionales, y jóvenes, Joaquín Prat cosecha diversos reconocimientos y premios por su trayectoria. «Tengo varios premios, pero los premios se reciben como parte del trabajo del equipo. Lo de que me den un premio me da pudor, cuando realmente es trabajo de equipo. Pero voy a ser sincero, pese a que me puedan llamar presentuoso: si algún día soy merecedor, me gustaría un premio Ondas. El de Mallorquín de Verano, también me hizo ilusión».

Con casi dos metros de altura y una envidiable forma física, Joaquín asegura que «me gusta mucho hacer deporte. Cuando vengo a Mallorca, donde por cierto después de muchos años y todos mis ahorros me he podido comprar una casa, dedico el tiempo a descansar, estar con mis amigos y navegar. A mi hijo le animo a ir a la escuela de vela, salir a pescar y los deportes náuticos. También me gusta la Mallorca de otoño, las escapadas y excursiones en primavera...».

Durante sus vacaciones asegura que «he estado un mes sin ver la tele. Pero eso no quiere decir que no me haya informado por otros medios y conozca la polémica con Luis Rubiales o el suceso de Daniel Sancho. Los medios de comunicación cumplimos muy bien con nuestra labor de informar de todo lo que sucede en el país y la acción social que realizan algunos programas, lo que pasa es que a los españoles nos encanta coger un tema y opinar».

Respecto a los nuevos medios de comunicación, como las redes sociales, Joaquín opina que «hay sitio para todos. Yo estoy en una franja horaria en la que los chavales están estudiando. Y cuando me piden una foto es para enseñársela a su madre o su abuela». Pese a su popularidad, y ser objetivo de las revistas del corazón, siempre ha llevado su vida privada con naturalidad. Tras su divorcio de Yolanda Bravo y un hijo en común, su corazón ha sido de nuevo conquistado, y como se diría en el argot marinero, ahora que las aguas están tranquilas, ¿a por la parejita?. «Pues no lo descarto.

Me encantaría volver a ser padre. Luego me veo empujando el carrito y ojo con los dos primeros años, pero aquí las valientes son ellas. Las heroínas son las madres. Y, no, no tengo crisis de cara a cumplir los 50. Es más, los celebraré en Mallorca y con una gran fiesta».