Viaje de trabajo, sin la familia. El cantautor italiano aterrizó en la terminal de vuelos privados de Son Sant Joan, con poco equipaje, y sin que le acompañase su familia. Una estancia breve y por motivos laborales, aunque aprovecha para navegar y darse uno de los últimos chapuzones del verano. | Julián Aguirre

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Se trata de un viaje exprés, por el poco equipaje que le vimos subir al coche que le esperaba a las puertas de la terminal de vuelos privados, en el aeropuerto de Son Sant Joan. Tan solo una maleta de mano y un par de cajas de vino. El cantante italiano, Albano Carrisi Ottino, más conocido como Al Bano, se encuentra navegando por el litoral de Mallorca, sin su familia, en compañía de unos amigos.

Llegó en vuelo privado y en poco más de media hora, tras tocar tierra, se embarcó en un impresionante yate amarrado en Puerto Portals. Recibido por la tripulación a pie de escalinata, Al Bano mostró las cajas de vino que había traído al anfitrión. Un banquero chileno, el cual tiene diversas empresas. Tras acompañar a Al Bano a su camarote, éste se cambió el traje por un bañador y una camiseta, y se dirigió a la proa donde le esperaba su amigo, quien le preguntó qué quería beber, pues él ya se había encargado de pedir un aperitivo.

Una charla larga, mientras se podía contemplar una bonita puesta de sol. Al cabo de una hora, mientras degustaban un poco de queso, jamón y embutidos, además de aceitunas y mantequilla, una marinera se acercó al patrón a informar que acababan de llegar los huéspedes que esperaban. El banquero se dirigió a la popa a recibir a sus invitados mientras que Al Bano se quedaba disfrutando de la golden hour.

Minutos más tarde, banquero y cantante continuaron su charla, que desde la distancia y por el semblante de Al Bano parecían ser negocios serios. Caía la noche y los invitados se reunían en el salón central para cenar.     

Pese a ser un viaje por motivos profesionales, Al Bano disfruta de una pequeña travesía a bordo del impresionante yate y posiblemente, ya que las agradables temperaturas acompañan, se dará el último chapuzón de este verano. Una corta pero relajante estancia sin la compañía de su segunda esposa, Loredana Lecciso, 29 años más joven que el cantante. A sus 80 años de edad, Al Bano es conocido tanto por su exitosa trayectoria profesional como por su vida privada. Durante casi tres décadas estuvo casado con Romina Power, actriz y cantante con quien formó un exitoso dúo musical. Canciones como Ci sarà, Prima notte d’amore, Felicità y muchos otros éxitos llevaron a la pareja a recorrer escenarios de todo el mundo. Romina y Al Bano se conocieran en el rodaje de la película Nel Sole (1967) y tuvieron cuatro hijos. Pero la historia de la pareja también estuvo marcada por la trágica desaparición de su hija Ylenia. El cantante italiano buscó y buscó hasta que pidió que la declarasen muerta en 2013.

Al Bano es hijo de un campesino y una de las voces más extraordinarias de la historia del país transalpino, ha vendido más de 165 millones de discos que le han proporcionado una vida llena de comodidades, pero sin grandes lujos. Al Bano ha amasado una considerable fortuna que ha sabido invertir para dar placer a otros. Tiene su propio viñedo del que salen cada año más de un millón de botellas de un exquisito caldo llamado Don Carmelo en honor a su progenitor, y es dueño de Tenute Al Bano, un resort, con caballos, de cuatro estrellas con 45 habitaciones a las afueras de Cellino San Marco, entre los mares Adriático y Jónico.