Puede que no ensayen entre grandes lujos y que su escenario se encuentre en asociaciones vecinales, casales de barrio o locales de la tercera edad, pero su pasión por la interpretación se mantiene intacta. Hasta el próximo domingo, el Teatre Mar i Terra, en Palma, acoge la XIX Mostra de Teatre Aficionat Burball, una oportunidad para que las compañías de teatro aficionada muestren el resultado de su trabajo en condiciones profesionales. «El teatro posee un componente pedagógico de primera magnitud, aplicable en todos los órdenes de la vida. El teatro aficionado permite trabajar en equipo, se basa en la colaboración de todos los elementos que intervienen, y fomenta el espíritu de cooperación. Las propias compañías animan a la gente a integrarse festivamente en la sociedad que los rodea, dinamizarla y darle fuerza a través de la magia de la ficción teatral y su espíritu crítico», expresa Kika Aguiló, encargada de los teatros municipales de Palma.
Talento en el escenario
El ciclo comenzó el pasado 15 de septiembre con la obra Àguiles i tords, de la Associació Cultural Mals Papers d'Esporles, bajo la dirección de Jaume Terrassa. «Nosotros tenemos la gran suerte de tener un teatro bien acondicionado en Esporles, pero no es el caso de todas las compañías. Burball te da la oportunidad de actuar en teatros profesionales. Esto va más allá de la afición, he asistido a clases de canto y baile para el personaje que interpreto. Se le dedica mucho tiempo», señala Marta Nicolau, secretaria de Mals Papers.
En los ensayos se pule hasta el último detalle. Nadie se lo toma en broma: las discusiones entorno al guion son recurrentes, y los nervios antes de saltar a escena, inevitables. «Es una iniciativa interesante. Primero, porque puedes actuar en un teatro municipal. También, al ser un festival, mueve mucho al público. Entre las compañías se van a ver, los familiares y amigos acuden también a otras obras... Es una buena forma de darse a conocer, porque hay actores aficionados con muchísimo talento, al igual que los directores», explica Raquel Ribero, directora de Ring Ring Teatre, que interpretó la obra cómica El tràmit.
El pasado viernes, el público pudo disfrutar de Saldos, de Imperencia Teatre, el viaje tragicómico de una compañía que se prepara para estrenar una obra de teatro; el sábado subió al escenario Són problemes? O no són problemes?, del Grup de Teatre Bellarugues, una obra en la que los hombres de la familia descubren la cara oscura de la jubilación; el domingo se estrenó Premio Peineta, del Grup de Teatre Teatronats, una fiesta que no sale tal y como se había previsto. Y para acabar con la muestra, el domingo 8 de octubre se podrá disfrutar de La Duda, de la Associació de Veïns de Son Rapinya, en la que un jurado popular debe decidir si un joven de 18 años es culpable del asesinato de su padre.
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