«Eché el currículum, ellos buscaban un arquitecto junior y como vi que diseñaban sus propios muebles me presenté. Les gustó mi portafolio y gracias a eso vine a la Isla», explica el diseñador, que en estos meses se ha enamorado de su nuevo lugar de residencia. «Mallorca tiene su propio estilo, te inspira muchísimo, no quieres hacer nada feo, quieres mejorarlo porque estás agradecido al entorno y los materiales. Me sorprendió mucho, hay una riqueza de interiorismo y arquitectura», admite con brillo en los ojos el joven de 24 años. Además, asegura que una de las cosas que más valora es la calidad de vida: «No es tan estresante como las grandes ciudades, como cuando estaba en Madrid. Por ejemplo cuando hace calor el fin de semana te puedes a ir a una playa en media hora en autobús».
Lo que no esperaba Pablo es que este mismo verano la directora de la escuela de Diseño del IED Madrid, Beatriz Amann, se iba a poner en contacto con él para ofrecerle estudiar un prestigioso máster en la Creative Academy The Richemont's Design School en Italia: «Ya lo habían hecho otros dos exalumnos del centro y me dijo que solo habían pensado en mí para el Máster of Arts in Design and Applied Arts. Que si no iba yo no querían a nadie», explica orgulloso. El diseñador tuvo claro que era una gran oportunidad, motivo por el que ha decidido aparcar su trabajo en Palma para arrancar esta nueva aventura en Milán: «En septiembre mandé toda la documentación, me entrevistaron y entré, pedí la beca del cien por cien y me la han concedido. Esta formación es un máster en diseño de lujo de joyería, relojería y accesorios de moda como gafas de sol, cinturones o bolígrafos».
Las clases empiezan en enero con un curso intensivo de siete meses y después se completan con tres meses de prácticas que se pueden hacer en cualquiera de las marcas del grupo empresarial Richemont entre las que se encuentran Cartier, Piaget, Montblanc y Chloé, entre otras. Un reto que afronta con ilusión: «Es un honor muy grande y lo voy a dar todo, quiero ser lo más multidisciplinario posible. Además sé italiano y Milán me encanta porque es la meca del diseño, está lleno de showrooms de todo tipo de productos». Una formación que le permitirá ampliar los conocimientos que adquirió en la carrera: «En la universidad tocas muchos tipos de diseños, aunque la vida me ha llevado por el mobiliario no discrimino productos. Ahora aprenderé más sobre el diseño de lujo que me parece muy interesante por su calidad, sus acabados y su pureza».
Un año en el que también seguirá evolucionando su estilo: «Cada vez soy más minimalista y contemporáneo. Pero mis creaciones siempre cuentan una historia». Gracias a la calidad de sus creaciones, Pablo Sinan Akgül incluso cuenta con un mueble a la venta en la empresa True Design: «Gané un concurso con mi compañera Blanca Galán, con un taburete modular, y se puede comprar en su web». Además, siempre que es posible traspasar sus bocetos a la realidad para «ver si funcionan». Un futuro prometedor en el que no descarta regresar a Palma tras acabar los estudios: «Iré a donde me lleve la vida. Lo que sí que tengo claro es que me gustaría ser un diseñador independiente».
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