El armazón de las casas, que hoy se trae de fuera, se podría hacer en Mallorca, pues en la Isla hay carpinteros más que preparados y cualificados para ello. | R.D.

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A través de Eva Siles, fundadora de Jóvenes promesas, entidad que ayuda a jóvenes sin trabajo a que lo encuentren, incluso les ayudan y orientan en cómo terminar los estudios que les faltan para poder trabajar, además de formarles laboralmente, y llegado el caso encontrarles un trabajo, conocemos al constructor Pedro Ferriol, que colabora con Jóvenes promesas, y que puede aportar ideas, no solo para favorecer a esta entidad, sino aumentar el número de ellas, además de potenciar oficios. «Con ello nos beneficiaremos los que vivimos aquí, incluso podemos hasta crear una marca nuestra y promocionarla», nos dice, sentados en una mesa del bar Zaguán –una de nuestras oficinas callejeras–. Hace fresquito, pero parece no sentirlo, pues viste vaqueros y camiseta de manga corta. «Es que he hecho un alto en el trabajo y me he venido a hablar un rato contigo».

Hacerlo todo aquí

Pedro es constructor. Tiene una empresa, Ferrys construcciones,    a través de la cual edifica casas y, últimamente, casas de tierra, paja y madera, es decir, casas cuyos esqueletos son de madera, y en vez de cemento, ladrillo y cal en sus paredes, las hace de paja debidamente tratada, «casas que como están teniendo una gran aceptación, las estoy construyendo –y para que no haya la menor duda de que es así, nos muestra fotos en las que aparecen estas, unas en proceso y otras terminadas–.    Y por lo que estoy informado, soy el único que las hace en la Isla y, ya digo, cada vez es mayor la demanda de estas construcciones. Porque son casas que una vez acabadas son muy eficientes, ya que no se precisa de un gasto energético elevado para tener el mejor confort, si hay averías es fácil de repararlas y porque sea una casa artesanal su precio no tiene por qué ser más alto que el de las viviendas convencionales. No hay límites en cuanto a metros cuadrados, sino que se hace a gusto del que va a vivir en ella, sobre un    terreno de su propiedad. La casa es completamente ecológica, lo cual es un factor a tener en cuenta, de ahí la demanda. También fabricamos casas solo de madera».

Tras una breve pausa en su exposición, pasa a desarrollar una idea que de un tiempo a esta parte baila en su mente, pero que uno solo no puede llevar a cabo. «Es muy simple. Para construir las casas de madera,    paja y tierra, tengo que traer desde la Península la madera con la que hago el armazón de la casa, cuando en la Isla hay buenos, y suficientes, carpinteros que podrían hacer esos armazones. Eso por una parte, por otra, también en la Isla se talan árboles, muchas veces para convertirlos en leña. Y por otra, hay campesinos a los que lo que les sobra es la paja. Entonces, como, repito, lo de construir casas de madera y paja va a más, ¿por qué no creamos una empresa, o una cooperativa entre carpinteros, constructores, campesinos, etc., lo cual podría convertirse en una economía de tipo circular que con el tiempo podría llegar muy lejos …?    Porque ahora, insisto, soy yo solo el que construye ese tipo de viviendas, pero seguro que en el futuro habrá más, a nada que se sumen también campesinos que nos vendan la paja a nosotros. Con ello crearíamos una sociedad, una cooperativa… Ya le buscaríamos el nombre, pero sería muy nuestra, muy de aquí, puesto que nos abasteceríamos de carpinterías de aquí, árboles de aquí y campesinos de aquí, con lo cual saldríamos ganando todos, y encima abaratando los precios, pues no es lo mismo traerlo de la península, con un costo importante en el capítulo de traslado de material, a que la materia prima con la que se hagan los armazones sea de aquí, armazones que también se harán aquí. Insisto, creo que esta es una buena idea para crear y potenciar empresas que tengan que ver con la construcción de casas de madera y paja. Luego tendríamos que    ver cómo, administrativamente hablando, la poníamos en marcha y hasta qué punto el Govern, a través del departamento correspondiente, la inscribiría como tal».

Pedro confiesa una vez más que a él, de momento, le funciona lo de las casas de madera y paja. De hecho, las está construyendo. Por eso, como mira hacia adelante, es por lo que pone sobre la mesa esta propuesta: que la materia prima sea toda de aquí, con lo cual se beneficiarán campesinos y carpinteros de aquí. «En realidad nos beneficiaremos todos», apostilla.

Crear mano de obra

Pero es que va más allá. Pedro, a raíz de Jóvenes promesas, tiene pensado cómo conseguir mano de obra, «mano de obra que, además, formaremos nosotros, ya bien a través de Jóvenes promesas, ya bien de otras empresas que pudiéramos crear en el futuro. ¿Cómo? Buscándola entre jóvenes que han cumplido 18 años de edad, pero que por una serie de circunstancias dejaron los estudios sin acabar, con lo cual tienen dificultades para encontrar un trabajo, o jóvenes que han salido de un centro de reinserción porque por edad ya no pueden seguir en él, pero una vez en la calle no saben dónde ir a buscar trabajo, o los que lo perdieron y tienen dificultades para encontrarlo, o bien porque no lo hay, o porque no están formados debidamente para realizar el que les proponen. Jóvenes que vemos sentados, sin hacer nada, en los parques y plazas de nuestros barrios, o de bar en bar, sin saber qué hacer con sus cuerpos… Algunos de ellos, que por sobrevivir, sin saber cómo, llegan a delinquir, solos o en compañía de otros… Porque, como digo, y mientras no se demuestren lo contrario, esos jóvenes llevan consigo un potencial de trabajo al que deben sacarle partido, pero que igual, solos, no saben.

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Pedro Ferriol, constructor de casas de madera con paredes de barro.

Por eso hay que, primero, si no tienen los estudios acabados, a través de Jóvenes promesas, u otra asociación que se cree, buscar el modo de que los acaben, luego formarlos para un trabaja a través de empresas y por último contratarlos. Y no es un imposible, eh. Yo conozco empresarios que estarían dispuestos a formarlos, y luego a darles trabajo. Pero todo es cuestión de intentarlo, y más en los tiempos que corren. ¿Por qué crees que muchas empresas contratan a personas mayores? Pues porque los jóvenes no están preparados para trabajar, o porque no tienen los estudios que les permitan trabajar. Pues bien, démosles una oportunidad a estos jóvenes».